El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, se quiere implicar "activamente" en la refundación de Convergència. Convencido de que hay que "muscular bien" la formación, descarta, sin embargo, que su "vocación" sea ser secretario general del partido que, como ha explicado El Nacional, le habrían hecho llegar alcaldes convergentes en una reunión convocada por él mismo en el municipio gerundense Sant Martí de Llémena.

Puigdemont, que ha sido entrevistado en RAC1, ha cortado de raíz el debate sobre su persona. “Se han acabado los proyectos de grandes liderazgos personales”, ha asegurado, insistiendo en que la nueva política ha cambiado las maneras de hacer. Y en este sentido ha enfatizado que “nos hace falta un nuevo espacio político que interprete bien y pueda servir a la sociedad”.

Su paso por la presidencia también tiene fecha de caducidad. Es la condición que puso en la conversación in extremis con el expresident Artur Mas para tomar las riendas del país, en un momento donde todo parecía apuntar hacia nuevos comicios. "No sería del todo honesto si aprovechara esta plataforma excepcional para consolidarme", ha afirmado, asegurando también que "este país debe poder todavía la nueva etapa desligado de manos".

Investidura española

El Estado se encamina hacia nuevas elecciones. Para Puigdemont, el pacto vendrá a posteriori, en un panorama que no cambiará demasiado. "La gente descubrirá que se podría haber hecho antes" y que "se ha sido incapaz de tomar compromisos y decisiones firmes". "Si el president Mas hubiera pensado en clave de partido, habríamos ido a elecciones", ha ejemplificado el convergente, enfatizando que "con el tiempo se le reconocerá".

Después de tener reuniones con cada uno de los líderes políticos principales –Mariano Rajoy, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez– Puigdemont es escéptico sobre la capacidad de resolver el conflicto entre Catalunya y España. "Ninguno de ellos tiene un proyecto que responda a los desafíos clarísimos. Y si lo tienen, no tienen el apoyo político necesario", ha indicado.

Pero "la política catalana se ha emancipado". Si bien ha admitido que, aspirando a una solución negociada, "con algunos nos podemos entender mejor", subrayó que a día de hoy ya se está viviendo "al margen".

Impugnaciones

"Mensaje recibido". Así ha respondido Puigdemont, como también hizo la portavoz del Govern Neus Munté, a los tres nuevos recursos del Gobierno ante el Tribunal Constitucional. Concretamente, y tras una reunión entre el presidente y Mariano Rajoy donde le pidió parar la "judicialización de la política", son el impuesto sobre viviendas vacías, la simplificación de la administración de la Generalitat y la ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

"Tenemos razón", ha argumentado, criticando que "me esperaba que fueran un poco más inteligentes, y han demostrado que no les interesa hablar de política". Por eso ha reivindicado que "nosotros iremos haciendo", porque quien está negando la vía del pacto es el Estado y "el peix al cove ha periclitado".

Ahora bien, la independencia "no es como hace cien años, de salir al balcón, pulsar un botón y decir ya está". Puigdemont considera que es un proceso histórico que "no tiene referentes comparables" y que hay una serie de elementos que "pueden influir" en los 16 meses. Entre otros, ha enumerado los resultados de unas anticipadas, el caso 9N, el Brexit (con el factor Escocia) o la crisis de los refugiados.