El eurodiputado de Junts Carles Puigdemont ha respondido al "jardín" de Josep Borrell porque "favorece a la ultraderecha". "El problema no es solo la ultraderecha, el problema es quien lo favorece con su tolerancia o con sus metáforas sobre el paraíso europeo y la jungla del resto del mundo", ha argumentado este miércoles en un debate en el Parlamento Europeo sobre el blanqueo de la extrema derecha antieuropea. Es así como Puigdemont ha dado respuesta a las polémicas palabras de Borrell, que describió Europa como un "jardín" y el resto del mundo como una "jungla". Las declaraciones del alto representante de la Unión Europea para Asuntos exteriores y Política de seguridad desataron una crisis diplomática, hasta el punto que los Emiratos Árabes Unidos convocaron al responsable comunitario en el país para tratar esta afirmación tan "racista".

La cosa no se ha acabado aquí. El eurodiputado independentista también ha criticado con dureza que, "mientras denunciamos los discursos de odio, hay Estados que contribuyen al blanqueo diario y estructural de estos discursos". El Estado en cuestión es el español, por varios motivos: porque "España está llena de calles y plazas con el nombre de Franco o de franquistas"; porque "en Madrid han dedicado una calle a la División Azul, el ejército de voluntarios españoles que fue a combatir al lado de Hitler"; porque "el fundador del partido fascista (José Antonio Primo de Rivera) está enterrado todavía en un mausoleo del Estado"; o porque "la Fundación Francisco Franco sigue siendo legal y sus herederos políticos (Vox) tienen acuerdos de gobernabilidad con el Partido Popular".

 

Así pues, Puigdemont ha lamentado que "el blanqueo de la extrema derecha es diario y es estructural". "Pero no los derrotaremos con eslóganes ni con superioridad moral, ante sus discursos cada vez más sofisticados", ha subrayado. Para derrotar a los ultras será necesario "desmontar sus argumentos, uno por uno, para demostrar que no tienen razón en debates donde se sienten cómodos". Se trata de debates como "la inmigración", "la religión", "la seguridad", "la fiscalidad"... Entonces, es necesario "renovar el argumentario" porque "ellos lo han hecho".

Todo este discurso ha servido para responder a Borrell, que también añadió que "la mayoría del resto del mundo es una jungla y la jungla podría invadir el jardín". Es decir, que los europeos se tienen que involucrar para que este escenario no se materialice. Ninguna de estas palabras fueron bien recibidas, especialmente fuera de Europa. Políticos, periodistas y columnistas de todo el planeta criticaron con dureza las polémicas declaraciones, con The New York Times haciéndose eco de los comentarios "ofensivos" que pronunció el alto representante europeo.

Ponsatí y la amenaza de la extrema derecha: "Vox controla a la policía, los militares y la judicatura"

Este miércoles, en el marco del debate sobre el blanqueamiento de la ultraderecha antieuropea en la Unión Europea, también ha intervenido Clara Ponsatí, que se ha mostrado muy dura en su discurso. Según la eurodiputada, la amenaza de la extrema derecha "no es nueva" y critica que, a pesar de que "ahora España tiene a Vox", el partido liderado por Santiago Abascal "tuvo a España mucho antes de que el partido existiera: tenía a los jueces, también al Tribunal Constitucional, mucho antes de tener a ningún representante electo". Ponsatí ha afirmado que "Vox controla la policía, militares y judicatura", hecho que sostiene que "no es sorprendente".

"El rey de España fue elegido por su padre corrupto y fugitivo quien, a su vez, tenía la corona por decisión de Franco", ha señalado Clara Ponsatí en su intervención, añadiendo que "la cadena de legitimidad española es heredera de la victoria fascista de 1939, única victoria de la extrema derecha en Europa que nunca ha sido revertida". En este contexto, ha cargado contra el club comunitario porque "a pesar de todo, las autoridades europeas hablan de la moderna Transición española hacia la democracia y se tragan los abusos de derechos humanos con el rostro impasible". La exconsellera ha concluido que "cuando se trata de Catalunya, todas las autoridades españolas suscriben la agenda de la extrema derecha y, mientras Bruselas los proteja, sois cómplices en la aplicación del testamento político dictado por Franco en su lecho de muerte".