Desde la campaña del 21 de diciembre de 2017 que Carles Puigdemont no ofrecía una rueda de prensa en Catalunya. Entonces era candidato a president. Este lunes lo ha vuelto a hacer, lazo amarillo e insignia de president en la solapa, conectando por videoconferencia con la sede de la Agencia Catalana de Noticias, esta vez en calidad de cabeza de lista de Junts per Catalunya a las elecciones europeas.

Tan pronto como ha empezado, un primer anuncio. Preguntado por si dejará su escaño en el Parlament de Catalunya si es escogido en el Parlamento Europeo, el president ha explicado que "mi intención es coger el acta de eurodiputado" y ha defendido que "lo entiendo como una continuidad de una responsabilidad que asumimos cuando llegamos al exilio". Eso significa, según sus propias palabras, "no quedarme quieto, moverme, viajar, reunirme con líderes políticos y con medios de comunicación y lo seguiré haciendo".

Puigdemont ha sido rotundo, "¿tengo inmunidad? Sí; ¿me habilitaría para poder completar todos los trámites que marca la LOREG? Sí; ¿será posible? Dependerá del Estado español". En este sentido ha reconocido que la cuestión puede acabar en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y ha advertido al Estado español que "le convendría respetar las reglas de juego de la UE". La gran incógnita sigue siendo, por lo tanto, como materializará su entrada en la Eurocámara.

Sobre sus intenciones de perseverar en el intento de ser investido president de Catalunya, ha dejado claro que "yo no he renunciado nunca a ser president", pero "todos sabéis que lo impidieron y lo siguen impidiendo, lo hemos intentado del derecho y del revés pero el Estado español ha colocado una muralla de ingeniería legal". Es más, ha añadido que "no tengo ningún interés en ser candidato a unas elecciones en el Parlament de Catalunya" y que "la restitución la defiendo, pero no depende de mí, la renuncia no es mía". Puigdemont defiende su candidatura en Europa como la oportunidad de no quedar bloqueado y paralizado por aquellos que quieren silenciarle y apartarle. 

Sin condiciones a Iceta

Este jueves el Parlament tendrá que votar si acuerda enviar a Miquel Iceta al Senado -para que pueda ser escogido presidente después- o no. La aritmética hace que la posición de los partidos independentistas sea determinante. Si se oponen, el líder socialista, que apelaba hace unos días a la cortesía parlamentaria del resto de grupos, no podrá ser senador.

Puigdemont ha recordado que él, a pesar de ser diputado, no podrá participar de la votación porque está suspendido y que precisamente fue Iceta uno de los que dio apoyo su veto en la cámara catalana. "El PSC tiene derecho a tener un senador, eso no está en cuestión". Ha dejado la decisión en manos del grupo parlamentario y la puerta abierta a no bloquear la designación de Iceta. Eso sí, ha sido muy crítico con su papel a lo largo del último año. "Esperábamos otra actitud, me gustaría haber visto otro Iceta, los gestos los esperábamos, no los esperamos, no le estoy pidiendo que haga nada ahora". El president ha querido dejar claro que "no estoy poniendo condiciones" y ha revelado que "nadie del PSC se ha puesto en contacto conmigo en este año y medio".

Por una legislatura larga basada en el diálogo

Uno de los debates abiertos a raíz de este ciclo electoral en el cual JxCat y ERC compiten es como afectará a la estabilidad del GovernTorra. "Espero que no afecte, porque este Govern ha demostrado una resiliencia extraordinaria", ha afirmado, deseando "larga vida al Govern de Catalunya" porque "la legislatura tiene que ser larga, que es como son las legislaturas en países que buscan la estabilidad".

Desde la casa de la República, el presidente ha utilizado hoy guante de seda con Esquerra y con Oriol Junqueras y ha avisado a aquellos que piden elecciones anticipadas "que se olviden".

Para Puigdemont, lo importante no es qué dice ahora Pedro Sánchez, sino "qué dirá después de las elecciones" y ha vuelto a extender la mano pera dialogar sobre la convocatoria de un referéndum pactado. Al mismo tiempo, sin embargo, ha destacado la relevancia de "poder ejercer presión desde el corazón de Europa" para no "quedar bloqueados en un espacio de tiempo indefinido esperando que se abra aquello en que está cerrado" en las negociaciones con el Estado español.

En Europa, sin los liberales

Después de la ruptura de Convergència con ALDE, el grupo de los liberales europeos, Junts per Catalunya tendrá que decidir de qué familia quiere formar parte, y que esta lo acepte. Sobre esta cuestión, Puigdemont ha explicado que "sólo estaremos en un grupo parlamentario que defienda el derecho de autodeterminación y que defienda los derechos humanos y eso excluye el grupo liberal que ha sido hostil". Por eso, ha reconocido que encajarían mucho más en el espacio que acoge a ERC, la Alianza Libre Europea, que están asociados con Los Verdes. Y aquí, otra pregunta todavía sin respuesta, ¿les abrirán la puerta?