Primer viaje de Carles Puigdemont después de haber recogido más de un millón de votos en las elecciones de domingo, que le han otorgado la condición de eurodiputado electo. El president ha viajado hasta el Reino Unido, invitado por el histórico club de debate The Oxford Union, donde ha pronunciado una conferencia para hacer pedagogía sobre el caso catalán.
La misión ha sido mostrar y demostrar la actitud 100% pacífica del movimiento independentista así como la voluntad permanente y activa de diálogo con el Estado español. Es en este punto que Puigdemont ha anunciado su disposición a "un segundo referéndum de autodeterminación, pactado, vinculante y reconocido internacionalmente", del cual se acordara la fecha y la pregunta entre las dos partes, con el compromiso de que se aceptara y se aplicara el resultado que saliera. Lo ha hecho reflejándose en el referéndum escocés de 2014 y alabando la actitud del primer ministro británico David Cameron, en contraste con la represión española.
Puigdemont ha explicado que el 1-O fue el punto de partida, "y no el final como querrían algunos", y que el independentismo nunca renunciará al diálogo ni a la mediación internacional necesaria. En este sentido ha guiñado el ojo a los británicos, recordando los vínculos históricos entre Catalunya y Gran Bretaña, destino del exilio de muchos catalanes durante el franquismo como por ejemplo, el doctor Josep Trueta, que ha mencionado durante el discurso.
En contraste con aquellos tiempos, ha dicho, a pesar de que ahora no hay guerra en Catalunya, "tristemente denunciamos que el Estado español viola los derechos civiles de los representantes públicos y sociales y, por extensión, de la sociedad catalana". Puigdemont se ha lamentado de que setenta años después poner urnas se haya convertido en el peor crimen que se puede cometer en el Estado.
Al mismo tiempo ha advertido que la gran victoria del el independentismo ha sido no rendirse y ha dejado claro que continuará la lucha pacífica por la libertad. Y que a partir de ahora seguirá, también, desde el corazón de las instituciones europeas, es decir, desde la Eurocámara.