El abogado belga del president Carles Puigdemont niega que el líder de JxCat fuera un "cobarde" en los días inmediatamente posteriores a la declaración de independencia del 27-O por irse al exilio. En una entrevista con la ACN, Paul Bekaert asegura que fue una decisión "inteligente" ir a Bélgica y señala que algunos de los políticos que se quedaron en Catalunya "no eran conscientes del peligro de estar en la prisión tanto tiempo". "No creo que los que ahora están en la prisión supieran que estarían tanto tiempo, quizás si lo hubieran sabido también se hubieran ido a Bélgica o a Suiza", afirma. Bekaert admite que recomendó a Puigdemont no marcharse a Finlandia, el viaje que acabó con su detención en Alemania. "Le advertí que no dejara Bélgica pero no me escuchó. Él es un político y yo soy su abogado, por lo tanto, él tiene que tomar sus decisiones", explica.

Bekaert, un reconocido abogado flamenco, seguía la situación en Catalunya y había visto por la televisión el referéndum y la declaración de independencia. Sabía perfectamente quién era Carles Puigdemont. Por eso admite que no dudó ni un momento en representarlo cuando pocos días después de aquella declaración en Barcelona el entonces president de la Generalitat se presentó en su despacho, en el número 34 de Hoogstraat, en Tielt (Flandes), para pedirle que fuera su abogado. "Me causó muy buena impresión y como verdadero hombre de Estado estaba muy calmado y racional", recuerda Bekaert en una entrevista con la ACN un año después de que Puigdemont y parte de su gobierno se exiliaran en Bélgica.

Puigdemont acababa de llegar a Bruselas, era la época entre finales de octubre y principios de noviembre. Después de concertar una cita por teléfono a través de un "ayudante", el presidente se desplazó hasta aquella pequeña localidad ubicada a poco más de una hora de la capital belga.

Hasta que Puigdemont no estuvo en Bélgica, asegura Bekaert, no tuvo ningún contacto "directo" o "indirecto" con él o su equipo. "No estaba en contacto antes de que viniera, siempre había estado en contacto con vascos pero no con catalanes [...] fue él quien vino a buscarme", añade.

Con todo, admite, sí que seguía la situación en Catalunya. "Era la primera vez que un estado de la UE estaba pidiendo la independencia, Escocia lo había hecho pero con un referéndum legal mientras que el referéndum en Catalunya fue impugnado por España", argumenta. Además, estaba "interesado" en el caso de Puigdemont. "Tuve muy buena impresión, cuando conoces alguien por la televisión no te parece desconocido", dice sobre aquel primer encuentro.

Preguntado por si dudó en aceptar el caso, responde: "Por descontado que no". "Estaba seguro que la euroorden no era correcta y que era un abuso de la ley y los tribunales belgas no lo aceptarían", afirma. "Tengo mucha experiencia en euroórdenes y por motivos políticos, en especial por problemas con el estado y la justicia española porque he trabajado en casos de asilo para vascos", añade.

La decisión de exiliarse

Bekaert matiza que él nunca recomendó a Puigdemont venir a Bélgica, sino que una vez estuvo aquí sencillamente aceptó asesorarlo y representarlo. En cualquier caso, considera, que exiliarse "es una decisión de cada uno" y en este sentido no valora la decisión de su cliente o los consellers, algunos de los cuales se encuentran encarcelados en el Estado.

"No creo que los que están ahora en prisión supieran que estarían tanto de tiempo, quizás si lo hubieran sabido también se hubieran ido a Bélgica o a Suiza", defensa. "Creo que no eran conscientes del peligro de estar en prisión tanto tiempo", justifica.

Con todo, sí que remarca que no está de acuerdo con "aquellos que dicen que Puigdemont ha sido un cobarde". "No puedes hacer política desde la prisión, es imposible, hay que ser libre para seguir haciéndolo y él tenía su derecho de marcharse a Bélgica", concluye.

Del viaje a Finlandia a la detención en Alemania

Una vez retirada la primera euroorden emitida por la jueza Carmen Lamela y levantadas las cautelares en Bélgica contra Puigdemont, el líder de JxCat viajó a Finlandia en contra de las recomendaciones de Bekaert. "Le advertí que no dejara Bélgica pero no me escuchó. Él es un político y yo soy su abogado, por lo tanto él tiene que tomar sus decisiones", explica.

El domingo 25 de marzo, con la segunda euroorden reactivada por Pablo Llarena, Puigdemont fue detenido en Alemania. "No, no fue muy sabio ir a Finlandia", asegura el letrado flamenco.

"Estaba en una reunión con mis colegas aquel domingo y recuerdo muy bien lo que pensaba, y lo dije, es que España esperó hasta que estuvo en Alemania antes de actuar porque estaban seguros de que ni Finlandia, ni Suecia ni Dinamarca aceptarían la euroorden y que quizás en Alemania sería más fácil", rememora.

Paul Bekaert 2 ACN

Además, preguntado por si temía que Schleswig-Holstein aceptara extraditarlo por rebelión, Bekaert confiesa: "Sí, era mi miedo".

Tribunales belgas

Finalmente, sin embargo, la justicia alemana rechazó extraditar a Puigdemont por rebelión, España descartó extraditarlo sólo por el delito de malversación de fondos públicos y se retiró la segunda euroorden. En Bélgica, en cambio, la justicia la rechazó por un defecto de forma y no llegó a entrar en el fondo.

Bekaert dice que "por descontado" habría preferido que se valorara el contenido de la euroorden. "Yo era el abogado en Bélgica y tenía muchos motivos para decir que no hubo rebelión ni violencia y tengo muchos argumentos para lucharlo", subraya. Con todo, se muestra prudente sobre qué habría decidido Bruselas. "No lo sé, porque no hay ningún tribunal belga que se haya pronunciado".

Por otra parte, el abogado expresa que aunque está "acostumbrado" a los problemas con España, la justicia belga trabaja "de forma independiente". "Eso es una buena señal de la calidad del sistema judicial belga: son muy independientes", insiste. Sobre la demanda contra Llarena en el país, dice, está convencido que los tribunales belgas son "competentes" para juzgar el caso.

Futuro judicial de Puigdemont

Más allá de la demanda vigente contra Llarena, Bekaert no descarta volver a los tribunales por una tercera euroorden. "No lo sé, es posible, sí", se limita a decir. Por ahora, el equipo de defensa del president ―coordinado con los abogados en el Estado― están estudiando ir a instancias europeas. "Lo estamos pensando pero no hay nada decidido", apunta.

Según él, están valorando opciones como acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, o en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo. "Si todas las condiciones están allí y hay una violación de derechos que no ha sido corregida por los tribunales españoles puedes ir a Estrasburgo pero creo que es pronto y es una decisión que tiene que ser tomada por todos los abogados", matiza.

Un caso "complejo" por el contexto político

De todos los casos que ha defendido el reconocido abogado, Bekaert asegura que la "campaña mediática y política alrededor" del caso de Puigdemont "lo han hecho complejo" pero descarta que lo sea "a nivel legal".

"Cuando consideras la ley no es difícil, la ley de las euroórdenes es muy clara", sentencia. En su cliente, dice, se reúnen tres condiciones básicas para no extraditarlo: la ausencia de doble incriminación, el "riesgo" de violación de derechos humanos en caso de extradición y que una euroorden no puede ser utilizada "por motivos políticos".

Por último, el letrado responde, una vez más, a la pregunta de cuándo cree que volverá Puigdemont a Catalunya. "No me lo ha dicho. Por ahora no podemos decir que volverá ningún día a España, sólo volverá, creo, si sabe que no será arrestado", concluye.