Nace una nueva iniciativa para teñir los campos catalanes de color amarillo en solidaridad con los presos políticos. Se trata de envolver las balas de forraje con plástico amarillo. El año pasado ya se hizo algo parecido con el color rosa por la lucha contra el cáncer de mama.

Por cada bala amarilla se destinarán dos euros a la caja de resistencia para los presos. En un par de días han cubierto las 1.000 bobinas que les pedía alguna distribuidora como pedido mínimo.

Entre los promotores de la iniciativa hay las cooperativas de la Vall d'en Bas, Banyoles y Sant Joan de les Abadesses, pero también muchas otras de las comarcas de Lleida y Tarragona.