El expresident de la Generalitat Jordi Pujol se ha reencontrado este domingo con figuras destacadas del espacio convergente, miembros del mundo empresarial y la sociedad civil. Se ha celebrado una calçotada en la cual han participado al expresident de la Generalitat Artur Mas, el actual secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, los exconsellers Jaume Giró y Lourdes Ciuró, las diputadas de Junts en el Congreso de los Diputados Míriam Nogueras y Pilar Calvo, o el diputado en el Parlament de Junts, Joan Canadell, entre otros. Ha sido la periodista Pilar Rahola quien ha hecho público el encuentro a través de un tuit, que ha acompañado de una fotografía de familia de los asistentes a la calçotada, que ha reunido en torno a 80 personas.

Algunos de los políticos que este domingo han participado en la calçotada también estuvieron presentes a principios del mes de febrero en la librería Ona de Barcelona, donde el president Pujol presentó la reedición de Des dels turons a l'altra banda del riu​, su primer libro, que escribió a principios de los años sesenta en la prisión de Zaragoza. El president Artur Mas, los ex-presos políticos Josep Rull y Quim Forn, o el exsecretario general de CDC Miquel Roca, se encontraban entre el público, así como los exconsellers de Junts Jaume Giró, Victòria Alsina, Lourdes Ciuró o Violant Cervera. Incluso, en aquella ocasión asistieron miembros del actual Govern, los consellers Quim Nadal y Carles Campuzano.

Ante aquel público, Pujol confesó que sentía haberle fallado a la versión joven de sí mismo. "Me he fallado, he fallado al joven que yo era. El joven que yo era que estaba lleno de ilusión y entusiasmo ahora no vive exactamente igual. Tengo convicción, fe, esperanza, pero no puedo acabar de estar del todo contento ni conmigo mismo ni con mucha gente", afirmó.

Parece, pues, que se está produciendo un acercamiento de los diversos fragmentos del espacio convergente hacia su líder más veterano, que continúa a la espera del juicio. De hecho, Mas afirmó hace pocos días que, según su opinión, Pujol se había equivocado cuando, en julio del 2014, confesó la existencia de una herencia familiar en el extranjero no declarada, legado de su padre. En una entrevista en El Periódico, Mas deseó que la figura de Pujol "pueda volver a la plena normalidad", aunque reconoció que no lo ve del todo posible. En su opinión, la confesión tuvo para Pujol "un coste político" muy elevado, que trascendió su persona, y se mostró convencido que en el juicio "será difícil demostrar que el presidente tuviera un papel activo en la trama y un enriquecimiento personal".