La represión policial del 1-O, la aplicación del 155, el mazazo electoral del 21-D, el máster de Cifuentes, la detención del expresident valenciano Eduardo Zaplana y la sentencia del caso Gürtel. Un golpe tras otro: el PP ha tenido que hacer frente a múltiples crisis relacionadas con la corrupción, el procés, procesos electorales, que han ido haciendo mella en su electorado. Es lo que se extrae echando un ojo a los sondeos electorales tras las elecciones de 2016, la última contienda electoral de la que el PP salió reforzado.

El partido encabezado por Mariano Rajoy pasa por uno de sus peores momentos en cuanto apoyos desde su fundación. El último sondeo publicado, de Sociométrica para El Español, señala que el PP ha perdido la mitad de su electorado en tan solo ocho meses, mientras que Ciudadanos ha sacado rédito al desgaste del gobierno popular, lo que ha catapultado la formación de Albert Rivera a la primera posición. 

Después de una crisis política en la Comunidad de Madrid —por el máster y las cremas robadas de Cifuentes—, tras el encarcelamiento del expresident de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, y la reciente sentencia del caso Gürtel, la caída de apoyos iniciada con el 1-O se ha precipitado. La media de los sondeos del último mes, realizadas por una variedad de empresas encuestadoras, revelan que el PP habría perdido 13 puntos en relación a los comicios del 26-J, una caída prácticamente equivalente al ascenso de Ciudadanos (+14,3 puntos). Todas las encuestas señalan una victoria de Albert Rivera y una debacle del PP, que notaría el PSOE de cerca.

Ciudadanos hace mella

Que el gran beneficiado de la debacle del PP es Ciudadanos lo precisó el último CIS, que si se lee al detalle ya advierte que la pérdida de apoyos de los populares se acerca a la mitad de su electorado de 2016. Según la encuestadora pública, solo un 56,4% de los votantes populares en las últimas elecciones ahora volvería a votar a Mariano Rajoy. La fuga de votantes se va a Ciudadanos (16,1%) y a la indecisión (15,9%).

Mientras, Ciudadanos gana apoyos del PP y también del PSOE (7,5% de sus votantes) e incluso de Unidos Podemos, aunque en una cifra muy menor (el 3,7% de su electorado). El partido de Rivera es además el partido que retiene más a sus propios votantes (un 77,3% le volvería a votar).

Parte del éxito de Rivera viene de su carácter interclasista y del hecho que ha ganado peso en los pueblos, que se añaden a los apoyos urbanos. Los datos del últimos CIS revelan cómo Ciudadanos se está haciendo un lugar entre los ciudadanos más ricos y los más pobres al mismo tiempo: sus votantes de clase alta (27,6%) son prácticamente equivalentes a los de clase baja (21,7%). Mientras, el PP sufre un socavón en todas las clases sociales y en su apoyo rural —hasta ahora muy consolidado—, que también sufre estragos.

Cifras nunca vistas

El PP nunca se había encontrado ante registros similares de estimación de voto. De hecho, de cumplirse las cifras que señalan las últimas encuestas, el PP rompería su suelo electoral, situado en el 25,8% de los votos obtenidos en la contienda de 1989. Desde aquellas elecciones, los populares siempre han mantenido una base de votantes de entre siete y ocho millones de personas, el 30% de los electores.

Sin embargo, a la irrupción de las nuevas formaciones políticas —que también desgastó en su momento al PSOE—, ahora hay que sumar los escándalos que cercan a los populares, que parecen haber sido el factor determinante para ahogar los apoyos en una caída que más que una crisis empieza a convertirse en una tendencia arraigada.