El conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, ha reclamado dejar de poner en la picota en el cuerpo de los Mossos d'Esquadra, ha negado que sean una policía política y ha avisado de que "no sacarán ni un lazo porque no es competencia de los Mossos quitar lazos".

En una entrevista a Europa Press, Buch ha expresado: "Los Mossos no retirarán lazos amarillos y, en caso de que un juez obligue al hecho a que en los edificios públicos se tengan que retirar mensajes políticos, reconfortará una vez más la sensación de que no vivimos en una sociedad democrática".

Buch se ha expresado así después de que en la reciente Junta de Seguridad de Catalunya coincidiera con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la necesidad de garantizar la seguridad ciudadana y la pluralidad en el espacio público y, en palabras del ministro, se habló de "neutralidad".

Libre expresión

El responsable de Interior ha precisado que se tiene que garantizar la libre expresión de la sociedad en el espacio público, aunque no plantear que no haya lazos porque "se empieza retirando la libertad de expresión en un espacio y se acaba retirando de todas partes".

"No podemos afrontar un debate donde la calle no sea un espacio de libre expresión de todo el mundo", ha afirmado el conseller, y ha tildado de intolerantes a las personas a los que molestan los lazos amarillos por la libertad de los líderes soberanistas en prisión preventiva.

"Hay quien dice que se siente insultado o que le molesta cuándo ve un lazo amarillo, pues es una persona intolerante, absolutamente intolerante. El lazo amarillo es la expresión de alguien que se expresa en la calle, si te molesta es que eres una persona intolerante", ha resaltado.

Ha argumentado que los lazos amarillos empezaron a colgarse en noviembre del año pasado y "algunos dicen que el problema lo tienen ahora, cuándo hace meses y meses que mucha gente reclama la libertad de los presos políticos".

Policía apolítica

Sobre las acusaciones que los Mossos son una policía política, Buch ha recordado que en la Conselleria de Interior hay un lazo amarillo en la balconada pero que en ninguna comisaría de los Mossos hay lazos: En la Conselleria hay un representante político y los políticos hacen política. La policía no hace política".

Hay quien lo ha querido mezclar todo: como el conseller tiene un lazo amarillo toda la policía tiene un lazo amarillo", en alusión al líder de Cs, Albert Rivera, y ha considerado que los Mossos son neutrales y una policía democrática.

Ha defendido que son una policía de primera, de la cual está "muy orgulloso", y que es muy respetada por la sociedad al tener grandes profesional, además de confiar en que se archivará la investigación de la Fiscalía Superior de Catalunya para identificar a personas que arrancaban lazos.

Para el conseller, los Mossos, igual que TV3, son neutrales y públicos, y el día que no lo sean, la sociedad catalana los suspenderá: "A diferencia de otros estados, nosotros los catalanes queremos medios de comunicación públicos objetivos, policía objetiva y democrática y nos sentiremos incómodos y rechazaremos lo que no sea así".

"Nuestra policía es democrática, ha sido democrática y será democrática, y preservará a la democracia, y en ningún caso se perseguirá por religión, color de piel, pensamiento político", ha expresado.

Sobre los 72 agentes del cuerpo investigados en varios juzgados catalanes para el 1-O, el conseller ha asegurado que su actuación fue "correcta, adecuada al mandato judicial", añadiendo que desde Asuntos Internos se han abierto expedientes, sin precisar cuántos, que están paralizados a la espera de que se resuelva el proceso judicial.

Escolta de Puigdemont

Preguntado sobre la concesión de un servicio de escolta al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont en Bélgica, Buch ha cargado contra el Gobierno central, y en concreto el Ministerio de Exteriores, para no facilitarlo.

Ha considerado lamentable que no se proteja al expresidente catalán "por motivos políticos" y ha asegurado que se está vulnerando la Ley del estatuto de los expresidentes de la Generalitat, que otorga al Gobierno la decisión de adoptar los servicios de seguridad que considere necesarios para esta figura.