El conseller de Interior, Miquel Buch, ha responsabilizado a los invitados del Rey al acto de entrega de premios de la Fundación Princesa de Girona de los problemas que tuvieron para acceder al Palau de Congressos, donde se hacía el acto. El conseller dice que se negaron a utilizar los autobuses que se habían puesto a su disposición.

Los Mossos d'Esquadra blindaron ayer el Palau de Congressos y el Hotel Juan Carlos I, pero no pudieron evitar la concentración justo junto al cordón policial. Se calcula que unas 10.000 personas se concentraron en la Diagonal, que estuvo toda la tarde cortada al tráfico. Pero, además, algunos grupos se movieron para manifestarse ante otros accesos, como los posteriores.

Eso provocó que algunos invitados tuvieran que pasar por en medio de la concentración y se encontraron con situaciones complicadas y con algunos problemas a la hora de entrar en el acto. Los accesos se cerraban a las 17 horas para los invitados. El acto tenía que empezar a las 18 horas, pero finalmente empezó con unos 20 minutos de retraso.

"Tenemos que destacar que no hubo incidentes graves, si bien es cierto que tuvimos unas dificultades de algunas personas que tuvieron, pues eso, dificultades a la hora de acceder al recinto por la falta de voluntad de no utilizar los autobuses que la organización puso a disposición, que utilizaron la mayoría de los asistentes y que entraron con la máxima seguridad", ha dicho Buch defendiendo también el dispositivo de los Mossos que cumplió con su objetivo.

La organización del acto fletó 30 autobuses para los invitados, de los cuales sólo se utilizaron 10. Muchos de ellos optaron por los coches. "1.300 coches era prácticamente imposible", ha dicho el conseller Buch. El titular de Interior ha explicado que los invitados que accedieron al acto con los autobuses lo pudieron hacer con normalidad. Con todo, ha matizado que los que no utilizaron los autocares, y fueron por sus medios, algunos de los cuales atravesaron la multitud a pie, "tuvieron incidentes muy menores".

Con todo, el conseller de Interior, Miquel Buch, dice que en la concentración antimonárquica no hubo ningún incidente grave y se garantizaron todos los derechos, a pesar de algunas dificultades de acceso de los invitados que entraban a pie. Los Mossos, ha explicado Buch, intentaron abrir "puntualmente y de forma extraordinaria" algún punto del cordón policial, pero no modificaron el plan previsto inicialmente.