La Comisión Europea ha publicado hoy una guía sobre los tests rápidos de antígenos, que facilita que las farmacias puedan hacer estas pruebas, como ya sucede en Francia. La Comisión ha avalado que se capaciten "operadores de prueba adicionales que no sean personal sanitario", entre los que habría los farmacéuticos, con la finalidad de "garantizar capacidades y recursos suficientes para el muestreo, las pruebas y la presentación de informes".

La Comisión Europea asegura en su guía, que estas pruebas rápidas son propicias en "situaciones de alta prevalencia", sitios donde la transmisión está descontrolada, o grupos poblacionales que han tenido contacto con un positivo. Podrían en estos casos "detectar un alto potencial de transmisión a la comunidad", y también disminuir la presión sobre entornos sanitarios.

Reconoce en este sentido que pueden ser una medida de apoyo que ayude a controlar los contagios y para evitar restricciones severas a la libertad de movimiento de los ciudadanos o tener que recurrir a medidas como el aislamiento o la cuarentena, si bien "no son óptimos", especialmente en pacientes asintomáticos.

La Comisión también apunta que los tests rápidos que se utilicen tienen que tener resultados "aceptables", lo que significa que tienen que garantizar al menos un 80% de sensibilidad y 97% de especificidad, para "evitar tantos falsos negativos y falsos positivos como sea posible". También pide a los Estados que adopten criterios comunes.

La recomendación del Ejecutivo de Ursula von der Leyen se ha conocido la víspera de la reunión por videoconferencia de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en que los líderes tendrán que evaluar la situación de la pandemia, aunque previsiblemente el debate de los tests rápidos quedará en segundo plano porque se han complicado las negociaciones sobre el presupuesto europeo y el fondo de apoyo post covid.

En paralelo a esta iniciativa, Bruselas también ha anunciado un acuerdo con la Cruz Roja Internacional y la Media Luna Internacional para contribuir con 35,5 millones del fondo europeo para emergencias (ESI) a aumentar la capacidad en la UE de hacer pruebas diagnósticas de coronavirus.

Francia fue el primer país en realizar tests rápidos masivos en las farmacias, como también sucede en Andorra. Recientemente también se han decantado hacia los tests rápidos el Reino Unido y Austria, en un intento de prevenir la situación en las fiestas de Navidad.