Las condiciones que el eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, ha expuesto este martes para sentarse a negociar una posible investidura de Pedro Sánchez han generado multitud de reacciones. Felipe González, expresidente del Gobierno (PSOE), ha lamentado que un posible nuevo gobierno de coalición esté en manos de Carles Puigdemont y ha mostrado su negativa a una ley de amnistía. Por la tarde, el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, ha arremetido enérgicamente contra González, acusándolo de ser el "gran amnistiado" del sistema político español y de ser responsable de uno de los mayores crímenes que puede cometer un Estado: "el terrorismo", haciendo referencia a los GAL.

Iglesias expresa sus opiniones en un artículo publicado en la revista 'Contexto', en el que critica fuertemente a González por sus declaraciones recientes sobre la amnistía. Esta confrontación se produce después de que González instara al actual jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, a que declarara públicamente que la amnistía para los implicados en el procés no es compatible con la Constitución española.

En su artículo, Iglesias califica de "indecente" la crítica de González a la amnistía, especialmente cuando él mismo es, según Iglesias, un beneficiario de una amnistía en un pasado controvertido. El exlíder de Podemos dice que Felipe González estuvo involucrado en el caso de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) en los años 80, un episodio oscuro en la historia española en el que se acusó al Estado de cometer asesinatos y violaciones de derechos humanos en su lucha contra el grupo terrorista ETA.

Iglesias cita una entrevista de Felipe González en 'El País' en 2010, en la que González reconoció que existía la "posibilidad de volar" a la cúpula de ETA en Francia, pero que él había decidido no hacerlo. Según Iglesias, esto demuestra que, bajo su presidencia, el Gobierno español estaba dispuesto a dar órdenes para cometer actos terroristas en nombre del Estado. El líder político señala que, aunque González argumentó que no era legal que el presidente del Gobierno ordenara un ataque en territorio francés, la mera consideración de tal opción plantea interrogantes éticos y legales.

"En esa entrevista Felipe González se puso en modo Rubiales y se agarró los machos para reconocer, con dos cojones, que, con él de presidente, el Gobierno de España daba órdenes a agentes prestos a cometer atentados terroristas en nombre y por cuenta del Estado", proclama Iglesias para aseverar que González pudo hacer esas afirmaciones porque "goza de la más escandalosa amnistía que un terrorista pueda recibir". En contraposición, reflexiona que Puigdemont y los líderes independentistas del 'procés' pueden haber llevado a cabo "comportamientos que se subsumen en tipos penales, administrativos o civiles que sean objeto de reproche jurídico si así lo decide un tribunal (y la mayoría de los jueces que presiden los tribunales que les juzgan desean decidirlo) pero nadie les podrá decir nunca que fueron terroristas".