Gonzálo Boye explica en su último libro, Así están las cosas, que fue jugador de rugby. Y este hecho no es tan anecdótico como puede parecer a primera vista porque, según confiesa, este deporte lo entrenó en el trabajo en equipo. "No se puede jugar a rugby individualmente", argumenta. Y como en el rugby, en el trabajo de Boye su equipo es clave, empezando por su compañera Isabel Elbal, que este miércoles asistía en las cocheras de Sants al acto de presentación del libro.

Este abogado, nacido hace 55 años en Chile, se ha dedicado desde el 2018 a placar las ofensivas más contundentes que el Estado ha planteado contra nombres claves del procés independentista y este pulso lo ha convertido en un nombre esencial sin el cual no se entendería los últimos años de la historia del devenir político de Catalunya.

Al frente de la defensa de Carles Puigdemont y del president de la Generalitat, Quim Torra, ha demostrado una sorprendente capacidad para tensar el enfrentamiento con la justicia española y para pasear la denuncia sobre la situación a Catalunya por toda Europa.

Debates Republicanos Gonzalo Boye y Jose Antich - Maria Contreras Coll

Gonzalo Boye en un momento del acto en las cocheras de Sants / Maria Contreras

Esta noche las Cotxeras de Sant se han llenado tanto como se podían llenar en medio de una pandemia. Con las sillas cuidadosamente alineadas con distancias de seguridad y todos los rostros cubiertos con mascarilla. En las primeras filas, el conseller Jordi Puigneró, y el vicepresidente del Parlament, Josep Costa, junto con la diputada en el Congreso Laura Borràs y el diputado en el Parlament Francesc Dalmases y el jefe de la Oficina del Presidente Puigdemont, Josep Alay.

En conversación con el director de ElNacional.cat, José Antich, Boye ha abordado algunos de los episodios que se narran en su libro. Los momentos más satisfactorios, que le han permitido ver Puigdemont interviniendo en el Parlamento Europeu ante la canciller alemana, Angela Merkel, pero también situaciones complicadas, como la imagen de los policías españoles que esperaban en territorio francés el 2 de julio que Puigdemont y Toni Comín cruzaran la frontera con Alemania para detenerlos antes que tomaran posesión del escaño de eurodiputados. Finalmente, no atravesaron la raya, con todo el coste que eso, confiesa, comportó.

El arma secreta

El libro muestra la vertiente más personal del abogado, la afición por la cocina, por organizar barbacoas, y también algunos de sus secretos profesionales como Cekpet, un "jurista de raza", cuyo nombre no revela y al cual se refiere con esta palabra rusa que significa espía. Cekpet la ayuda a encontrar la solución de los problemas jurídicos más complejas, es su "arma más secreta y valiosa".

El acto ha permitido escuchar algunas valoraciones sobre la situación que se vive a Catalunya, como el convencimiento de que "el problema catalán no se resolverá sin diálogo pero probablemente tampoco no se resolverá en aquella mesa de diálogo [entre el Estado y Catalunya]".

Para el abogado, la situación que se vive en Catalunya demuestra que "la transición no es sólo un proceso incompleto sino fallido" y pone como ejemplo el funcionamiento de la Junta Electoral Central, "donde hay gente que por la mañana firma recursos de un partido político y por la tarde cobra de aquel partido político".

Pagar un precio

Boye concluye el libro mostrando el convencimiento de que finalmente tendrá que pagar por "haber defendido el derecho del pueblo catalán a decidir su futuro". Así lo demuestran los ataques que ha recibido mediáticos, judiciales pero también acciones vandálicas contra su despacho.

Esta también ha sido su última reflexión en el acto. "Uno en la vida tiene que ser capaz de ver el autobús que lo atropellará antes de que salga de la cochera", ha ironizado desde la certeza de que el autobús llegará en un momento u otro: "He ejercido mi trabajo con honestidad y he ejercitado el derecho de defensa como|cómo creo que se debe ejercitar. ¿Eso tiene un precio? Lo tendré que pagar. Yo seguiré ejerciendo con la cabeza alta, sin duda". Toda una declaración de intenciones que el público ha acogido con un largo aplauso.