La exdiputada Mireia Boya cree que la actuación del juez Tribunal Supremo Pablo Llarena en la cita judicial de ayer fue parcial. La cupera ha considerado que el tono burlesco del magistrado, que le preguntó si prefería un cambio de delito por rebelión", demuestra que Llarena apuesta por la "justicia a la carta".

Boya intervino ayer ante el Supremo desde donde denunció la judicialización de la política y la parcialidad del poder judicial en el caso 1-O. La cupera, procesada por desobediencia y no por rebelión —como es el caso de los Jordis y los consellers del Govern—, cuestionó el sistema judicial español e incluso llegó a decir que la sentencia "ya está dictada". De hecho, la cupera ha expuesto que Llarena "no le quería preguntar nada" sobre el caso.

El dia después de la tensa vista de Boya ante Llarena, y en declaraciones a El Món a Rac1, ha expuesto que Llarena "no se basa en hechos objetivos" y sostiene que al final se ha "acostumbrado" a la "chulería" que según ella caracteriza a la justicia española.

La exdiputada cupera también ha detallado las apariencias del juez Llarena. "Es muy atento", ha contado Boya, que ha expuesto que el magistrado escucha con atención las exposiciones de los acusados. Boya ha dicho que, pese a prestar atención, es un hombre muy distante: "No es muy expresivo. Es muy frío", ha contado.