El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, no defallece en su cruzada contra el lazos amarillos y hoy ha asegurado que es "una obviedad democrática" que los espacios públicos "son de todo el mundo, no pueden ser ocupados por los símbolos de unos cuantos".

Borrell ha insistido en que hay que evitar la colocación de lazos amarillos y ha aplaudido la decisión del defensor del pueblo de pedir al Gobierno que los retire de los espacios públicos.

"No puedo hacer otro cosa que dar apoyo a esta decisión", ha afirmado y ha reiterado la necesidad de evitar que se pongan los símbolos a favor de los presos polítcos que, asegura, "representan una determinada orientación política".