Betanzos es un lugar especial. Hay un estudio que asegura que es una “ciudad mágica” que “calca” los resultados de las elecciones y que, por lo tanto, sirve como termómetro ante unos comicios, tanto estatales como gallegos. ElNacional.cat pasea por Betanzos (un municipio de 13.000 habitantes de la provincia de A Coruña) durante más de tres horas para palpar el pulso de la gente de cara al 18-F, menos de 48 horas antes que abran los colegios electorales. Muchos de los vecinos coinciden en que estas elecciones son una gran oportunidad para traer un cambio a la Xunta y que Ana Pontón está en condiciones de dar aire fresco al gobierno gallego. Todo el mundo tiene en la cabeza el BNG y el PP, y bien poca gente habla del PSdeG. Si tuviéramos que hacer caso al ambiente que se respira en Betanzos, esta noche habría un porrazo del PP y un éxito del BNG. No es matemático, pero sirve para calibrar cómo llega Galicia a la cita con las urnas.

 

Aunque en otras ocasiones se ha abstenido, Elena, que nació en San Sebastián y hace 23 años que vive en Betanzos, confiesa que votará al BNG, más por Ana Pontón, una candidata “coherente”, que por el Bloque, ya que lo ve “demasiado nacionalista”. Además, reconoce que “la gente está más por cambiar que por seguir cómo estamos”. Una de las causas que apunta Victoria es que “la juventud viene con otra forma de pensar” y que la gente está “cansada de que sea siempre lo mismo”. Su tesis la comparte Lucía, vecina de Miño que trabaja en Betanzos, que explica que “no hay mucha gente que te hable bien del PP” y que, aunque “antes era la norma y lo que hacía la gente de bien, ahora se dan cuenta de que hay más necesidades y otras cosas que el PP no está cumpliendo”. Alberto, de A Coruña, le pone imaginación: “Los cambios siempre son sanos e higiénicos, es como la ropa interior, que de vez en cuando hay que cambiarla”.

Y es que en Galicia “hay un fanatismo político igual que hay en el fútbol o en la religión y hay gente que solo ve el PP”, comenta José Manuel, que no irá a votar y, aunque le parece que los populares están “un poco más apurados” que otros años, reconoce que el PP “es quien corta el bacalao”. José Antonio coincide en que “es muy difícil sacar a los del PP” y afirma que “el cambio podría ser bueno después de tantos años con el mismo partido”. Pero no todo es tan fácil. María Luisa, de Guísamo, no lo tiene nada claro: “No sé qué pensar, todo está tan complicado, no sé qué decir”.

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Es cierto que hay mucha gente que rechaza hablar delante del micrófono de ElNacional.cat. No tiene por qué ser el único motivo, pero uno de los protagonistas de este reportaje verbaliza antes de grabar la entrevista que “los pueblos pequeños son infiernos grandes”. También hay gente que no quiere saber nada de la política y otros que directamente declinan la invitación dejando claro que prefieren no opinar. En otro momento, una señora hace una peineta en saber que la breve entrevista es para un medio catalán. Finalmente, sin embargo, una de sus amigas accede a participar en el reportaje. Hablando de amigas, una mujer que vive en Miño y que toma una manzanilla en una terraza relata sin querer ser grabada que cuando va al colegio electoral tiene que esconder el voto a sus amigas, que siempre le dan directamente la papeleta del PP. Ella quiere votar el BNG. Una amiga suya tiene que hacer lo mismo con su marido. Explica que el PP está tan arraigado que hay gente que dice que “si falla eso, falla todo”.

El BNG y Ana Pontón encarnan la esperanza

Carmen está “en contra del nacionalismo”, pero dice “claramente” que votará al nacionalismo por primera vez porque es “la esperanza”, representa “una nueva ilusión” y “hay que intentarlo”. Aunque Pontón no es la candidata que ella escogería, le dará confianza tanto para que haya un cambio como para que una mujer llegue a la presidencia. Su amiga, Pilar, todavía no ha decidido su voto. Confiesa que le gusta el BNG, pero no le gusta la candidata, y considera que ahora hay más posibilidades de cambio a causa de “las meteduras de pata de la derecha”. Victoria destaca que, a diferencia de los partidos que “solo hablan de amnistía”, las intenciones del Bloque “son más de aquí”.

Vicky, que vive en Betanzos desde hace más de 20 años, tiene poco interés por las elecciones, pero “siempre, siempre” vota. Se confiesa partidaria del Bloque y está entusiasmada con Ana Pontón: “Su manera de ser, cómo habla, su sencillez, es como una mujer de la calle, una más”. José Antonio sostiene que Pontón “tiene mucha tirada” y que el BNG, por lo poco que ha visto, “está haciendo una buena campaña”, mientras que Isagolpe, vecina de Vilarmaior, pone de relieve que puedas ser “la primera mujer, feminista y nacionalista” y celebra que esta vez Pontón “ha sido capaz de llegar a la gente y convencerla”. Ahora bien, también hay voces críticas: un hombre que tiene prisa para llegar al trabajo, argumenta mientras anda que uno de los motivos del ascenso de Pontón es que “tiene cuerpo de cordero siendo un lobo”.

 

El PP para mantener “la estabilidad” y alejar el nacionalismo

Lula vive en Betanzos y se alinea con el argumentario del PP: “El PSOE no está haciendo su campaña, porque la está haciendo el Bloque”. Además, avisa que un gobierno con Ana Pontón implicaría “deshacer una región que estaba completamente tranquila, sacarnos la Guardia Civil y la Policía y obligarnos a hablar aquello que hablamos normalmente combinado con el español”. “No queremos estas políticas de independentismo”, remacha. Pablo coincide en que el riesgo es que se marche un partido que “lo hace todo medianamente bien” y entren otras formaciones que “no se sabe muy bien de dónde vienen” y que no le generan confianza.

Javier, originario de Beiro y vecino de Betanzos, quiere que el PP tenga la mayoría absoluta para “seguir gobernando”, “incrementar todo lo que ha propuesto hacer” y poder “mantener una línea como la que estamos llevando hasta ahora”. “El PP es lo que le conviene más que nada a Galicia para poder seguir avanzando y tener un poco de estabilidad”, añade. Ana, de A Coruña, responde que, “tal como está el panorama”, prefiere que “se queden las cosas como están” porque están “muy tranquilos sin tener tanto nacionalismo” y porque en Galicia “no se vive tan mal”: “Tenemos unos buenos servicios sociales, no estamos oprimidos, tenemos libertad para hacer una serie de cosas y las empresas salen adelante”. Ana también se queja del “ataque terrible” contra Feijóo y lamenta que “parezca que sea él quien se presenta”.

 

Los partidos hacen que Catalunya esté omnipresente

La campaña electoral ha estado marcada, entre otras cuestiones, por la amnistía, por la condonación de la deuda en Catalunya y por el hipotético indulto condicionado a Puigdemont. “De Galicia no se ha hablado demasiado. Realmente, se ha hablado del resto de España, sobre todo de Catalunya, pero no nos interesa para nada. Nos interesa la sanidad, aquello que afecta Galicia, no aquello que afecta Catalunya”, exclama Pedro, vecino de A Coruña. Isagolpe reprocha al PP que tenga que recurrir a esto porque “no tiene políticas y, como no puede ofrecer nada, tiene que hablar de lo único que puede hablar, de Catalunya, de Puigdemont y de ETA”. “No me convence, porque yo soy gallega y me tienen que hablar de cosas de Galicia”, remacha.

Pablo, que muestra su simpatía por el PP, sostiene que “Galicia está centrada en seguir funcionando” y apunta que a los gallegos no les interesa la amnistía porque están “centrados en seguir adelante”. Ana, que considera que el BNG es “extrema izquierda”, no ve “normal” que “un partido luche por sacar el idioma” y asevera que “tiene que hablar gallego quien lo quiera hablar”. “Vamos otra vez a lo que están haciendo en Catalunya. ¿Qué queremos, que Galicia sea una Catalunya más?”. También verbaliza su desafección hacia la política: “Los políticos ni miran por los obreros ni miran por los empresarios, solo miran por su culo y por ellos. Se matan entre ellos para llegar al poder y llenar de dinero sus bolsillos”.

 

El gallego, “una riqueza” que está en riesgo

“Está en riesgo y tenemos que apostar por el gallego porque es una riqueza que tenemos los gallegos”. Isagolpe alza la voz para alertar de la situación actual de la lengua: “Mis abuelos hablaban gallego, mi padre hablaba gallego y tengo un hijo de diecinueve años y no habla gallego conmigo ni con su círculo de amigos”. En la misma línea, dos jóvenes en la terraza de un bar se quejan de la mala salud del gallego: ven mal que no se hable en la escuela, constatan que las personas mayores saben hablar, pero la gente joven no y se comparan con cierta envidia con Catalunya y el País Vasco.

 

Betanzos, un municipio que “calca” los resultados electorales

¿Y por qué Betanzos? La periodista Carmen Cotelo está actualmente elaborando una tesis doctoral sobre esta cuestión en la Universidad Complutense de Madrid y explica a ElNacional.cat que Betanzos “calca el resultado”, tanto de España como de Galicia. Cotelo utiliza el índice de correlación de Pearson, que ilustra una “correlación muy alta con España” desde las primeras elecciones y una elevada correlación con Galicia a partir de 1997. En 2020 la correlación fue casi del 100%. Después de haber analizado todas las elecciones autonómicas, generales y europeas, envía una recomendación a las empresas demoscópicas: “Si haces una encuesta en Betanzos para las generales o autonómicas, tienes muchas posibilidades de calcar el resultado”.

Ahora bien, su tesis no solo se sustenta en las operaciones estadísticas, sino que tiene un capítulo muy potente de verificación cualitativa con grupos de discusión. “La estructura de la población es fundamental”, argumenta, y apunta a que eso hace referencia al hecho de que, por ejemplo, haya una proporción de autónomos, de personal dedicado a los servicios, de funcionarios, de agricultores y de pescadores, con una parte rural y una parte urbana. Cotelo concluye hablando de un “acompasamiento” de los electorados: “Las razones mismas que tiene Betanzos para votar de la forma en que vota son las mismas que puede tener Galicia o España para votar de una forma determinada”.

Carmen Cotelo ahora es doctoranda, pero en 2013 publicó un libro de divulgación surgido de un trabajo final de máster: Betanzos, Magic Town (Biblos, 2013). El trabajo lo tutorizó Salvador Naya, profesor de Estadística de la Universidade de A Coruña y vecino de Betanzos desde hace treinta años, que relata a ElNacional.cat que todo esto viene de la época de Manuel Fraga, que descubrió el test de Betanzos. La gente que había en aquel momento en Alianza Popular les confirmaron que utilizaban Betanzos para “saber el estado de opinión de Galicia”. Cuando Cotelo y Naya se pusieron a radiografiar los datos comprobaron que “no hay diferencias significativas entre los dos porcentajes” y constataron que “era increíble lo bien que funcionaba” esta teoría.

Este 18 de febrero Betanzos vuelve a poner a prueba su idilio con las predicciones. Y mucha gente mirará con lupa la evolución del escrutinio en este municipio del norte de Galicia para ir haciéndose una idea de cuál puede ser el futuro de la Xunta. A juzgar por lo que verbalizaban sus vecinos el viernes, soplan vientos de cambio desde el cabo de Finisterre.