El BNG y el PSOE sacan petróleo de lo que parece que es un tiro en el pie de Alberto Núñez Feijóo que puede pasar factura a Alfonso Rueda. Y es que, en 48 horas, la óptica de las elecciones gallegas, que entran en la recta decisiva, ha cambiado y el Procés ha vuelto a sacar la cabeza en la campaña. No solo lo ha aprovechado el PP, que está haciendo esfuerzos para introducir en Galicia una cierta clave estatal, sino que también se han cogido a él el BNG, el PSOE y Sumar para criticar al expresidente de la Xunta y poner en cuestión el proyecto de Rueda. Lisa y llanamente, la película se remonta al sábado bien entrada la noche, cuando diferentes medios de comunicación revelaron que Feijóo estaría abierto a conceder un indulto a Carles Puigdemont con la condición de que rinda cuentas ante la justicia, cumpla la condena, pida la medida de gracia y renuncie al referéndum y la independencia por la vía unilateral. Una revelación, en medio de la campaña electoral y en el epicentro del debate sobre el conflicto político en Catalunya, que trastocó los planes de propios y extraños. Horas más tarde, Feijóo lo confirmó implícitamente y reconoció que “no se da ni una de las posibles condiciones” para un indulto y al día siguiente, recogió cable: “Yo no soy Pedro Sánchez. No acepto ni aceptaré los indultos”. Ahora bien, a pesar de los matices posteriores, las consecuencias de esta detonación, ahora mismo, son imprevisibles y difíciles de cuantificar.
 

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Desde las fuerzas de izquierdas, el primero en posicionarse, y quien lo hizo con más dureza, fue el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. En un acto del PSdeG en la Praza da Constitución de Ferrol, reprobó “la hipocresía y la gran mentira” del PP y sostuvo que las noticias sobre Feijóo suponían “el fin de una infamia protagonizada por el PP generando crispación”. Zapatero fue un paso más allá y acusó al PP de no dar la amnistía no porque no quisiera, sino porque no podía: “Ahora dicen que, como no era legal, no se decidieron. No, no, no. El problema no era que no era legal, sino que no podían aprobarla porque Vox no lo habría votado nunca”. “Resulta que Puigdemont ha dejado de ser un terrorista, hay que darle un indulto para la reconciliación y que la amnistía era negociable. Y dentro de unas semanas propondrán la beatificación de Puigdemont”, remachó.

Asimismo, expresó que se sentía “reconfortado” comprobando que Pedro Sánchez “tenía razón con la concordia en Catalunya”. Estas palabras llegaban al día siguiente que Alberto Núñez Feijóo hubiera dicho, en este caso abiertamente en un mitin en Sarria (Lugo), que el PP está “a favor de la reconciliación” y hará “todo el posible para que aquellos que rompieron la convivencia se reconcilien con el Estado de derecho”. Reconoció que la reconciliación “es necesaria”, pero matizó que “no puede pasar por la impunidad”, y pidió a los que quieren indultos “que verbalicen el arrepentimiento”.

Pontón, Besteiro y Lois abanderan la crítica al giro de guion de Feijóo y tildan al PP de mentiroso

Los cabezas de lista de las tres formaciones de izquierdas con opciones de entrar en el Parlamento de Galicia también pusieron el dedo en la llaga. Ana Pontón, líder del BNG y única alternativa real a Rueda para la presidencia de la Xunta, censuró que Feijóo hubiera querido trasladar “las batallitas madrileñas y la crispación” a las elecciones gallegas, pensando que “Galicia era su premio de consolación”. Pontón afirmó que el PP “va de volantazo en volantazo” y lamentó que haga “mucho tiempo que hizo de la mentira su manera de hacer política”. En la misma línea, el candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, aseguró que “la mentira rodea al Partido Popular” y acompaña a Alfonso Rueda.

Por su parte, Ia cabeza de lista de Sumar, Marta Lois, exigió a Rueda que, después de semanas “agitando el tema de la amnistía” y “arremetiendo” contra los pactos entre el Gobierno y los independentistas, dé “explicaciones” sobre la propuesta de Feijóo. “Han quedado descubiertos: son unos mentirosos, son unos manipuladores, y se le ha escapado al señor Feijóo”, proclamó. Al día siguiente, en una entrevista en Las Mañanas de RNE, insistió en que los gallegos “no pueden ir a votar sin saber lo que piensa Rueda” sobre el indulto condicionado a Puigdemont.

El Feijóo de 2024 quería ser el Rajoy de 2009

Ahora hace poco más de una semana, en el inicio de la campaña, el actual líder del PP estaba llamado a ser un balón de oxígeno para Rueda. Su discípulo afronta unas elecciones como cabeza de lista por primera vez y Feijóo, que había sido el candidato en las últimas cuatro contiendas electorales, se postulaba como soldado a disposición de quien fue su vicepresidente durante diez años. El objetivo era repetir la jugada de 2009 con los papeles cambiados. En aquel momento, el entonces jefe de la oposición al Congreso de los Diputados y presidente del PP, Mariano Rajoy, venía de perder las elecciones generales contra Zapatero por segunda vez y se la jugó volcándose en la campaña electoral gallega. “Tuvo un papel muy destacado y una presencia muy activa”, recuerda Fernando Martínez, profesor de Ciencias Políticas de la Universidade de Vigo, en una conversación con ElNacional.cat. En la misma línea, Antón Losada, profesor de Ciencias Políticas de la Universidade de Santiago de Compostela, subraya que “Rajoy hizo un trabajo impagable y fue totalmente clave en la victoria de Feijóo”.

¿Y qué hizo Rajoy? Recorrió Galicia de arriba abajo y dio muchos mítines fuera del circuito de las grandes ciudades (en sitios que están más lejos o con poca gente). Eso es lo que está haciendo ahora Feijóo, con un recorrido paralelo al de la caravana de Rueda, apostando por mítines de más pequeño formado, cerca de la gente y coincidiendo con el candidato en contadas ocasiones. Esta estrategia de Feijóo se ha visto restañada por una noticia que, depende de cómo, puede rebajar la contribución que había estado haciendo hasta ahora.

Un desliz a una semana de las elecciones y con un cuarto de indecisos

En medio de todo el revuelo de las últimas 48 horas, el CIS ha publicado la tercera y última encuesta sobre las elecciones gallegas: vuelve a poner en duda la mayoría absoluta del PP. La encuesta, realizada entre el 5 y el 7 de febrero, no permite calibrar el impacto de la revelación de Feijóo, pero sí que ilustra algo revelador: el 23,7% de los encuestados todavía duda sobre qué partido votará. Además, en otra pregunta, el 17% reconoce que lo decidirá la última semana de campaña y el 12% confiesa que lo hará el día de reflexión o el mismo domingo de los comicios. En un escenario tan abierto, las palabras y los temas que se hacen aflorar a la superficie se tienen que medir casi milimétricamente. Y salidas de pista o giros imprevistos e inesperados de guion hacen entrar en una dimensión casi desconocida.