Ya es toda una evidencia que Polonia se ha convertido en uno de los principales focos problemáticos en la Unión Europea. Aunque este país ya tiene abierto un procedimiento sancionador para poner en riesgo el estado de derecho y los derechos humanos, eso no evita que continúen los encontronazos con los diferentes estados europeos. Es el caso de Bélgica, el cual este sábado ha visto como su embajador, Luc Jacobs, ha sido llamado para consultas por Varsovia.

Tal como ha explicado el medio belga Le Soir, el diplomático ha sido convocado por las autoridades polacas después de que el primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, pronunciara un discurso ante el Colegio de Europa en Brujas el cual ha sido considerado desde Polonia como un ataque verbal sobre los comentarios de Mateusz Morawiecki, su homólogo polaco.

"Una unión de valores"

En el parlamento, De Croo hizo referencia a las amenazas de Morawiecki en caso de que la UE retirara los fondos comunitarios a su país, y advirtió su gobierno que "están jugando con fuego cuando hacen la guerra con sus colegas europeos por razones políticas internas".

No se trata de arrogancia de viejos Estados miembros. No se trata de una cuestión de Occidente contra Oriente, del antiguo contra el nueve. Se trata de la mayoría abrumadora de Estados miembros, desde los países bálticos hasta Portugal, que están de acuerdo que nuestra Unión es una unión de valores, no un cajero automático. No se puede sacar el dinero, pero, al mismo tiempo, rechazar los valores. ¿Entonces, cuál es la salida? No tendríamos que echar a estos países, como sugieren algunos. Si no que tendríamos que hablar con ellos", clamó al jefe del gobierno belga.

 

 

Choque en Varsovia

Ante estas declaraciones, el ministerio Asuntos exteriores polaco ha Jacobs con el fin de hacerlo conocedor del malestar de Varsovia, un procedimiento que se utiliza para expresar los desacuerdos entre los países, pero que queda muy lejos del despido del embajador al territorio o de la ruptura de las relaciones diplomáticas.

Valtònyc, más lejos de la extradición

El buen ejercicio de la democracia - con la consiguiente separación de poderes - en Bélgica es evidente, tal como ha demostrado la sentencia que afecta a Josep Miquel Arenas, alias Valtònyc. El Tribunal Constitucional de Bélgica ha tumbado la ley de injurias en la Corona en el país a raíz del caso para la extradición del rapero. Preguntado por el Tribunal de Apelación de Gante, que examina la euroorden contra el cantante mallorquín, el TC belga ha dictaminado este jueves que la normativa belga de 1847, que castiga con hasta tres años de prisión aquellos que insulten al rey, es inconstitucional porque no respeta la libertad de expresión. El alto tribunal dice que la ley belga no se ajusta a la Constitución belga ni al Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Se aleja así su extradición, que se decidirá el 23 de noviembre en el Tribunal Europeo de Gante. Pero la decisión de hoy del Tribunal Constitucional de Bélgica la hace más difícil. Valtònyc está condenado a tres años y medio de prisión por injurias, enaltecimiento del terrorismo y amenazas de muerte por la letra de sus canciones. El rapero recurrió a la justicia belga que ha dirimido que los insultos al rey están amparados por la libertad de expresión.

 

 

Imagen principal: El primer ministro belga, Alexander De Croo / EFE