Por primera vez la Sala segunda del Tribunal Supremo tiene tres vacantes y las tres se cubrirán de golpe. Es la sala que ha resuelto todo lo referente al proceso independentista y que juzgará a los presos políticos, los miembros de la mesa procesados, los consellers que están en libertad y los Jordis. Las bajas de Cándido Conde-Pumpido, José Manuel Maza y Julián Sánchez Melgar han provocado esta situación insólita que está resolviendo a partir de hoy el Poder General del Poder Judicial.

Hay 28 candidatos que optan a las plazas, entre los que hay el presidente del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, Jesús María Barrientos. Barrientos tiene la especialización para ir al juzgado de lo penal y es el único de los tres que hay en Catalunya que se ha presentado para ocupar una plaza en la sala segunda del Supremo. En todo el país hay 33, de los que se han presentado 28. Barrientos ve una oportunidad irrepetible en este concurso que se podría resolver en un mes.

Optan a las plazas magistrados de Andalucía, Canarias, Extremadura, Madrid y Barcelona.

La sala segunda del Tribunal Supremo cuenta con 12 magistrados, está presidida por Manuel Marchena e integrada por Andrés Martínez Arrieta, Miguel Colmenero Menéndez, Francisco Monterde Ferrer, Juan Ramón Berdugo Gómez, Luciano Varela Castro, Alberto G. Jorge Barreiro, Antonio del Moral García, Andrés Palomo del Arco, Ana María Ferrer García, Pablo Llarena Conde y Vicente Magro Servet.

Esta sala, de la que forma parte Pablo Llarena, es la que instruye toda la causa de rebelión y malversación de fondos públicos del proceso independentista y quien lo acabará juzgando. Aunque Jesús María Barrientos acabe entrando, no quiere decir que acabe formando parte de este proceso judicial ya que a los abogados podrían recusarlo al haber tratado recursos sobre el proceso que se inició en el TSJC con las querellas de la fiscalía y que ha acabado en el Tribunal Supremo.