El extesorero del PP, Luis Bárcenas, fue vigilado en la cárcel mucho más allá de lo habitual y usando al límite lo permitido por el reglamento penitenciario, llegando incluso a preguntar, de forma sistemática, quienes eran los destinatarios de sus llamadas telefónicas personales.

Así lo describe El confidencial Digital a partir de documentos internos de la cárcel de Soto del Real, donde se especifica que los funcionarios preguntaban al preso a quién llamaba por teléfono y que este se negó a facilitar sus datos más personales durante su estancia en esa prisión entre junio de 2013 hasta enero de 2015.

Se da la circunstancia que en la cárcel de Soto del Real se permite, aduciendo motivos de seguridad, a los funcionarios el control aleatorio de las llamadas personales de los internos de forma aleatoria y cuando se realizaran desde la cabina más cercana a la garita. Con todo, resulta que su aplicación es muy inusual y se reactivó precisamente a la llegada de Bárcenas al centro penitenciario. Además, en su caso, según parece, la aplicación de esa norma no tenía nada de aleatoria, sino que era sistemática, algo por lo que el mismo Bárcenas elevó sus quejas.

Objetivo de la Operación Kitchen

Bárcenas era el objetivo de la Operación Kitchen, la trama policial destinada a evitar que el extesorero diera a conocer información que pudiera comprometer a los líderes del Partido Popular, entre los cuales se incluye el supuesto cobro de sobresueldos de un tal M.Rajoy. La intensa vigilancia ejercida en prisión se percibe así como un tentáculo más de ese operativo, presuntamente orquestado desde la cúpula del ministerio del Interior, dirigido en aquel momento por Jorge Fernández Díaz.

Además, el mismo Bárcenas denunció la supuesta vigilancia de dos internos georgianos, que les seguirían durante toda la jornada en prisión. Esta queja en concreto tuvo respuesta inmediata trasladando a esos dos internos a otro módulo.

Quejas al juez

El mismo Bárcenas comunicó al juez Manuel García-Castellón que consideraba que el trato que recibía en Soto del Real se distanciaba del del resto de reclusos. Por eso mismo, trasladó al juez sus sospechas que había un dispositivo montado para conocer todos sus pasos en aquel centro.

El mismo medio citado recuerda que el pasado 21 de diciembre el magistrado del juzgado de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional que lleva la causa se desplazó a la prisión para interrogar al extesorero en calidad de testigo, en una declaración que todavía permanece secreta en el marco de la investigación Kitchen.