Vaya por delante que Jordi Sànchez i Picanyol está sufriendo un encarcelamiento injusto en Soto del Real que vulnera los derechos humanos más elementales. Ante ello, la función del periodista no es describir sino denunciar e interpelar a todo el mundo, porque el ataque a la libertad de una persona nos afecta a todos.

Con Jordi Sànchez vengo polemizando desde que yo era becario y él activista de la Crida a la Solidaritat, por eso ahora nos sorprendemos mutuamente por algunas coincidencias, no todas, sobre lo que está sucediendo. Por muchas diferencias que hayamos tenido, para los dos la libertad y la democracia pasa por encima de cualquier consideración política.

Esta noche, al llegar a casa me he encontrado en el buzón con una carta suya que respondía a anteriores misivas mías. Después de leerla le he pedido autorización a su mujer, Susanna Barreda, para hacer públicas sus reflexiones políticas, porque creo que tiene derecho que se sepa lo que piensa y es bueno que el movimiento soberanista conozca los criterios de quien era presidente de la Assemblea Nacional Catalana el día 1 de octubre.

Me dice Jordi que "es relevante la necesidad de disponer de Govern". Dice que lo tiene claro desde el 22 de diciembre, pero "sobre todo ahora después del encarcelamiento de Turull y el resto creo que no podemos estar distraídos". Según su opinión, "no hacer govern significa elecciones y no tengo claro que la situación no empeore. En todo caso, unas elecciones nos llevan a un escenario donde las ganancias serán, en todo caso, poco significativas, y el riesgo de perder es real aunque sea por la incertidumbre de todas las elecciones. El resumen es muy claro: el riesgo es descompensado por las posibles ganancias. Y lógicamente no hay que olvidar los derivados nocivos de no controlar la administración".

En opinión de Jordi Sànchez, "renunciar al control de la Generalitat es absurdo y dificulta la tranquilidad que requerimos para rehacer la estrategia y encarar el nuevo escenario social y político", y aquí es cuando el ex presidente de la ANC, interpela muy seriamente a los actuales líderes del movimiento soberanista: "No sé si seremos capaces de evitar las elecciones. El Supremo alimenta la visión de los que quieren elecciones. Y cuesta que se imponga una mirada a medio y largo [plazo] La gente circula con luces cortas y sólo se valora el presentismo más estricto. Muchos olvidan que todavía nos falta mucho camino para recorrer y que somos corredores de fondo".