Antonio Baños (Nou Barris, Barcelona 1967). Es el candidato de la CUP, pero no milita. Afirma que no quiere elecciones en marzo y está convencido de que Artur Mas es el símbolo del autonomismo. Por este motivo, apunta que no le investirán presidente. Y admite que CDC es independentista.

Ahí es nada, todo esto... Todo, ¿en general? 

Sí, todo... Sí, sí, no lo ponía en el contrato cuando entré en la CUP. Es como aquellos partidos del Barça que va pasando de todo y que no pueden pasar más cosas pero al final se gana... 

Una cosa es el Barça con el que nos hemos acostumbrado a ganar... pero el catalanismo tiene por costumbre perder. Sí, ahora, con respecto al Barça, no estaría bien volver a un ciclo perdedor... aunque el Barça ahora... Ahora una taxista me decía si esto saldría bien. Yo le he dicho que no puede salir mal, sería ridículo, una catástrofe y un descalabro. La movilización popular nos obliga a todos a que salga bien. 

Pero tengo la sensación que con los que ustedes hablan sólo creen que puede salir bien de una manera y es que Artur Mas sea presidente. Ah, sí. Además de decir que no votaremos a Mas, hemos dicho muchas cosas más importantes. Una es que no se puede reducir un proceso como este a un nombre, que puede ser fundamental para mucha gente y es la persona que nos ha llevado hasta aquí, con el 9N. De una manera u otra lo valoramos. Ahora bien, eso de que si no está Mas de presidente no hay independentismo es una exageración. 

De acuerdo, sin embargo... Pero llega el momento actual en que el proceso ha muerto y empieza la construcción de la República, eso quiere decir que en cinco años hemos buscado un mandato democrático y acumulado fuerzas para llegar a un referéndum, que al final ha sido el 27S. Tenemos el mandato, tenemos la gente y a partir de ahora, es una fase institucional: el Parlament, el Govern y las instituciones tienen que empezar a construir las estructuras, las leyes, las desobediencias y el relato internacional de lo que queremos hacer. ¡Si la acumulación de fuerzas ha sido transversal y diversa! En la Meridiana nadie decía: “¡Mas president!” y sí decían: “¡independencia!". Por eso ahora no podemos reducirlo todo a “¡Mas, president!”. 

Pero Mas... Representa una figura atada al autonomismo, lo que no quiere decir que debamos aniquilarlo ni expulsarlo de la vida pública. Es un activo para mucha gente, pero ha llegado el momento de no tener más presidentes autonómicos, sino presidentes y gobiernos de república, con gente que dé a entender que aquí están cambiando las cosas. 

Si Mas acepta un marco determinado y con medidas categóricas que acredite que se dirige a construir una república, ¿tampoco no lo harían presidente? Estamos en el terreno del y si... y si... Hay muchas hipótesis. El día que Mas plantee una solución la valoraremos, la valorará la CUP, ERC i JxSí. Mire, ahora somos 72 independentistas que van de la derecha a los anticapitalistas, por lo tanto el presidente no puede ser ni de derechas ni anticapitalista... 

¿Tiene que ser intermedia, la solución? O de fuera. Eso daría fuerza sin castigar a Mas. ¿Pero y si suspenden la autonomía y nos llevan todos al talego? Pueden pasar muchas cosas, mejor no seguir por aquí, estaríamos toda la tarde. Tenemos que investir un gobierno que la gente vea como una cosa nueva, no un presidente autonómico. Lo que representa Mas no aportará los centenares de miles personas que quieren cambiar su vida pero que no son independentistas porque creen que la independencia no les cambiará la vida. 

Dice que falta gente, ¡usted fue el primero en admitir que el plebiscito se había perdido! Eso me lo recuerda la gente que negaba que el 27S era una plebiscito. Con un 51% puedes proclamar desde un balcón y con un 48% lo tienes que hacer desde un parlamento. 

Josep Manel Busqueta, número tres de la CUP, nos decía la semana pasada que Mas era un tapón. Lo comparto. 

Se lo planteo más claro: ¿Admitirían la presidencia de Neus Munté? Depende. Lo importante es que se vea que estamos haciendo una cosa nueva. Si Munté es presidenta y es el marco de autonomía, entonces lo puede ser Mas. Pero si Munté o quien sea, blinda la acción exterior, monta un departamento de ruptura, uno de construcción de estructuras de Estado y un departamento que controle el plan de choque social... entonces. Pero, para nosotros, Mas no puede ser porque encarna el autonomismo. Es el símbolo de una cosa que queremos dejar atrás. Igual que pasa con el gobierno, que debe tener una estructura nueva.

Pero, ¿qué quiere decir una cosa nueva? Un gobierno para 18 meses, para hacer una sola cosa: crear la legislación para pasar de la legislación española a la republicana, crear las estructuras de Estado y buscar los recursos económicos y financieros para que el país funcione cada día sin que haya ningún apagón. El diseño de este gobierno tiene que ser muy peculiar. Un gobierno de construcción republicana. 

Un gobierno de construcción republicana, de acuerdo, ¿y no cree que ustedes tendrían que estar dentro? No. 

¿Por qué? No sólo por principios y por desconfianza de la política institucional y gubernamental. Creemos dos cosas: primero, quien ha ganado las elecciones es JxSí y tienen legitimidad por votos y escaños para construir gobierno. En todo caso, deberían invitarnos. 

Pero veamos: cuando dice un gobierno excepcional para hacer una cosa excepcional, ¿por qué no entran? JxSí ya es excepcional en sí mismo. Y, además, nosotros no queremos entrar en un juego de negociaciones de reparto de sillas. Si entra la CUP aumentaría un cacofónico baile de sillas. Nosotros ya confiamos. Como la Mesa del Parlament: hay cuatro independentistas en quien confiamos. Que hagan el gobierno, que tiene que ser utilitario. 

Encuentro que chirría un poco presentar una declaración como la que presentaron sin tener un gobierno. Al contrario. El efecto simbólico es que la nave en la que los catalanes se mueven de la monarquía a la república es el Parlament, tiene que ser el centro de la vida pública. La gente tiene que ver que es el Parlament el que puede hacer cosas, y el govern las ejecutará. El pueblo representado en un parlamento hace una declaración y un gobierno la ejecuta. 

El independentismo de JxSí es creíble. Sí, no han hecho ninguna acción que me haga sospechar de lo contrario. 

¿Y el de CDC? ¿Tienen miedo de que acuerden alguna cosa con el Estado? El Estado no tiene nada para pactar con CDC. El Estado ha imputado al president de la Generalitat por poner urnas. Ni el PP, ni el PSOE, ni C's están en situación de pactar. Sobre todo, pactar ¿para hacer qué? Es retorcido. La nueva CDC es independentista. Quizás hay convergentes tradicionales que no lo ven claro, pero en cinco años han hecho una transición muy rápida. Los diputados de CDC y sus votantes son independentistas. 

Si las advertencias de Madrid se cumplen, quizás en unas semanas la Mesa está inhabilitada. Eso demuestra que no hay negociación posible con el Estado. Sería un atentado de una monarquía a una democracia y eso lo tendría que ver la comunidad internacional. 

La comunidad internacional también pasó de largo en el 39, el 45... ¡o pactó con Franco! Pero eso no ha evitado que los catalanes nos levantemos. El mundo ahora se ha hecho pequeño. 

¿Qué tiene que hacer un independentista en estas elecciones españolas? No habrá ninguna instrucción. Tenemos que plantear qué hacemos en la campaña, qué preguntamos a CDC y ERC sobre qué irán a hacer. El votante independentista que haga lo que su conciencia le permita. 

Y un funcionario que tenga encima la espada de Damocles, que no cobrará el sueldo si hay choque de trenes... La gente normal no tiene que sufrir ningún tipo de consecuencia. Sobre todo porque muchos catalanes no son independentistas. No han de sufrir un corte de luz, ni dejar de cobrar nóminas, no se está exigiendo obediencia a un nuevo régimen ni ninguna heroicidad. Los golpes los tenemos que recibir los cargos electos. 

A 31 de octubre, ¿cree que habrá elecciones en marzo? No. Tenemos 72 diputados y eso es un tesoro. Utilicemos esta mayoría. Tenemos la posibilidad de tener por primera vez un gobierno independentista que incluye católicos y ateos. ¿Tenemos que desperdiciar eso por un nombre? Yo no quiero elecciones anticipadas. 

¿Hay que pactar antes de las españolas? Todo lo que sea antes mejor que después, por todo lo que pueda venir como imputaciones o inhabilitaciones. Estamos en un escenario revolucionario, e, incluso Pablo Iglesias, se ha plantado delante de Rajoy y ha gritado: "¡Viva España, Viva el Rey, Viva el Orden y la Ley!".