El expresidente del Gobierno Español José Maria Aznar ha admitido que la intervención del autogobierno catalán vía la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española fue un fracaso en sus objetivos, ya que "cuando das al nacionalismo la oportunidad de ganar las elecciones, te gana las elecciones".

En una entrevista publicada hoy en el diario madrileño 'El Mundo', el expresidente apunta pues que lo que habría habido que hacer era "desarticular el golpe" -en referencia a la declaración de independencia-, y con cierta sagacidad se da cuenta que el independentismo es la fuerza mayoritaria de Catalunya, hecho que asume con cierta perplejidad: "Es difícil de explicarlo porque es un hecho insólito en la Historia".

En todo caso, Aznar considera que "la decisión de realizar una intervención como se hizo, para convocar elecciones, ha sido un error del que no se puede responsabilizar a nadie más que a quien la ha tomado, es decir, el expresidente Rajoy, con quien mantiene de hace tiempo un claro enfrentamiento.

Partidario de una represión más dura

Aznar, que reconoce pues que la convocatoria del 21-D no dio los resultados previstos, advierte que a pesar de todo, "hay una Ley de Partidos Políticos que está vigente y que determinó un cambio en el País Vasco" y apunta que "cuando te dan un golpe de estado lo tienes que desarticular", incluidos sus "aparatos mediáticos, culturales y financieros", ya que de lo contrario, "estás jugando a un juego equívoco también desde el punto de vista de la legalidad".

Además, Aznar lamenta que el independentismo haya ganado la batalla de la opinión pública internacional y considera que eso se debe a "un problema de movilización", es decir, que el Gobierno español tiene que "recurrir a muchos foros y organismos en el mundo para explicar bien lo que pasa".

A favor del Rey de la porra

Además, el expresidente español afirma que el rey Felipe VI, en su discurso del 3 de octubre, con una imagen de una porra a su espalda, "habló para los españoles, todos los españoles, no para dar la razón a los secesionistas".

Insistiendo en esta idea considera que ante los dos millones de votantes independentistas hay "45 millones de ciudadanos que no son secesionistas", afirmación en la que contabiliza desde los niños de pecho hasta la gran masa de abstencionistas que para Aznar son, todos, de su cuerda.