El primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, ha afirmado que el gobierno municipal considera que "no hay razones" para presentarse al juicio contra el concejal de la CUP Josep Garganté por presuntas coacciones a un médico para que modificara un informe sobre las lesiones a un mantero, con el fin de atribuirlas a una agresión de la Guàrdia Urbana.    

Lo ha dicho en una comisión extraordinaria sobre el caso, a la cual no ha asistido la alcaldesa, Ada Colau, dónde ha asegurado que todos los indicios que tiene el consistorio es que no se ha producido una vulneración de la intimidad del mantero cuando se le realizó el informe médico en el centro sanitario Perecamps, y ha asegurado que la Guàrdia Urbana hizo "lo que tenía que hacer" cuando puso en conocimiento de la justicia el caso cuando vio que se había producido una posible infracción.    

Pisarello ha insistido en que se tiene que proteger a la ciudadanía; preservar el buen nombre de la Guàrdia Urbana y no instrumentalizar, y no criminalizar a los manteros: "No permitiremos una causa general contra un cuerpo que desarrolla un trabajo para la sociedad", ha asegurado.

Garganté no dimitirá   

Por su parte, Garganté ha insistido en que lo que hicieron tanto él como el representante del colectivo 'Després de la manta' fue pedir al médico que volviera a visitar al herido sin presencia policial, y ha dicho: "A todos los que exigen mi dimisión, decirles que cualquiera de nuestros compañeros habría actuado de la misma manera. Cualquier persona que defienda la privacidad entre médico y paciente habría hecho lo mismo. No pasaréis, pasaremos nosotros".    

Después de sostener que el mantero fue visitado acompañado por un agente aunque no estaba detenido, ha preguntado la razón por la cual no se ha incluido en las diligencias una queja de una vecina y del herido sobre este hecho que asegura que fue presentada el mismo día en el centro, y ha aseverado que "ha llegado la hora de acabar con la opacidad, la impunidad y los abusos de autoridad de algunos agentes de la Urbana. De momento, todo continúa igual".

El caso Garganté

Según aseguró el mismo Garganté, el pasado 23 de marzo un miembro del colectivo de manteros le avisó de que uno de sus compañeros estaba herido después de huir de unos agentes de la Guàrdia Urbana que vestían de paisano en la zona de Drassanes y que, entre empujones, cayó por unas escaleras. Después de saberlo, Garganté se desplazó hasta el CAP de Perecamps, donde se encontraba el mantero, que fue visitado en presencia de la Guàrdia Urbana. Más tarde, el concejal pidió al médico que lo volviera a visitar sin la presencia de los agentes que lo acompañaban, ya que en el informe la herida constaba como resultado de una caída como producto de la huida, sin mencionar la posibilidad de que hubiera sido empujado por los mismos policías.

En un vídeo gravado durante la conversación, se ve el concejal hablando con el médico, que se niega a cambiar el informe y asegura que, en todo caso, tendría que volver a visitar al mantero para rectificarlo. Según el concejal, el mantero no habría declarado abiertamente en presencia de la Guàrdia Urbana y es por eso que pide un cambio en el informe. El médico se niega a hacerlo porque ya ha escuchado al mantero, y es en este momento que el concejal le recrimina haber hecho el informe "con la Guàrdia Urbana al lado".