La sede de Ciudadanos en L'Hospitalet del Llobregat ha vuelto a ser atacada esta noche. El partido ha condenado el ataque -el séptimo en dos años- y ha asegurado que, a pesar de la violencia, seguirán trabajando.

 

El grupo municipal de Ciudadanos ha denunciado los hechos a los Mossos y ha pedido una reunión con el Departament d'Interior para abordar los hechos.

La líder del partido en Catalunya, Inés Arrimadas, aseguró en declaraciones a los medios que el conseller d'Interior, Jordi Jané, se ha mostrado proclive al encuentro, que ha augurado que se celebrará "en los próximos días".

"Queremos, evidentemente, que se dé luz sobre este hecho para que no escapa a nadie a quien afecta: afecta a un partido político, a una idea y lo que pretende es intimidar a C 's y los que estamos en este proyecto", apuntó la líder de la oposición catalana.

La sede hospitalense del partido naranja apareció hoy cubierta de excrementos y con la palabra "neofacistas" (sic) escrita con pintura azul en la entrada del edificio.

Tanto Arrimadas como el portavoz de Ciudadanos en L'Hospitalet, Miguel García, han coincidido en subrayar que no se trata de un hecho aislado, y lamentaron que los ataques también molestan a los vecinos.

García, que sufrió una agresión recientemente en una carpa del partido cerca de un mercado municipal de la ciudad, ha considerado que existe una relación entre los ataques a la sede y la agresión que sufrió, ya que en todos los casos son objeto del mismo tipo de insultos.

"Queremos vivir en una Catalunya donde se respeten las diferentes ideas, en la que no se ataque a nadie en función de lo que piense y en la que uno pueda expresar su opinión con libertad", ha resuelto.

Arrimadas ha admitido que se trata de la única ciudad en la que se producen ataques de este tipo de forma tan reiterada, aunque ha recordado que en el pasado también sufrieron daños otras de sus sedes, como la de Lleida y la de Girona.

El Ayuntamiento de L'Hospitalet, por su parte, ha condenado el ataque a la sede y la alcaldesa, Núria Marín, ha considerado que se trata de un hecho que "no tiene ningún tipo de justificación".