La Associació d'Afectats per l'1-O considera que el referéndum ya se ha hecho y que, por lo tanto, sería una "decepción" que se intentara hacer otro. Así lo ha explicado la presidenta de la entidad, Virgínia Martínez, en una entrevista en la ACN: "Me siento dolida y decepcionada si todo aquello no valió". Desde la Associació d'Afectats per l'1-O también explican que hay gente que ha necesitado hasta siete meses de terapia psicológica después de las cargas policiales del día del referéndum del 2017 y que, de hecho, todavía hay quien la sigue haciendo. Además, Martínez reclama unidad a los partidos independentistas, un año después del 1-O: "Ampliar la base por mí es ir juntos". La presidenta de la Associació también defiende que se hagan actos descentralizados por todo el territorio para celebrar el aniversario del referéndum, así como un acto unitario en Barcelona. Asimismo, compara la "represión" del Estado contra Catalunya con la que hubo en el País Vasco.

Con respecto a las secuelas de la "represión" del día del referéndum del año pasado, la presidenta de la Associació d'Afectats per l'1-O destaca que conoce gente que ha necesitado hasta siete meses de terapia psicológica de grupo y que, casi un año después, algunos todavía la continúan. Tal como explica, hay personas que no se ven capaces de hablar abiertamente de qué pasó aquel día, en referencia a las acciones policiales, ya que todavía están "afectados". Al respecto, Martínez receta que estos ciudadanos puedan ir hablando poco a poco para "curarse". Ella misma explica que hizo "chantaje emocional" con su familia para hacerles hablar.

Por otra parte, la presidenta de la entidad también compara la "represión" actual del Estado en Catalunya con la que ejerció en Euskadi durante el conflicto vasco. Martínez explica que ha hecho un curso en la UB donde estudió varios casos: "Tenían identificados los agentes que los torturaban, y muchos pocos de ellos, llegando a Estrasburgo, han conseguido que allí se dictamine una sentencia a favor del preso. El Estado es el mismo, y la represión que nos están poniendo a nosotros ya la aplicaron y la están aplicando en el País Vasco", reflexiona.

Un año después

Martínez, vecina de Dosrius, explica que en este municipio ―donde hubo una de las cargas policiales más contundentes― ha habido cambios "para bien y para mal" después del 1-O. Según relata, se ha creado una relación más estrecha entre gente que antes no tenía mucho contacto. Sin embargo, también hay vecinos que se han distanciado a pesar de se mantenga siempre la cordialidad. Martínez también asegura que desde el 1-O los habitantes de Dosrius y Canyamars ―que comparten municipio― tienen "mucha más relación" e incluso hacen ahora "más actos juntos".

"La gente después de aguantar [durante el 1-O] se ha unido", detalla Martínez, que destaca que a pesar de pasar miedo durante el día del referéndum se pudo resistir. En este sentido, la presidenta de la entidad comenta que la estrategia de la policía española y la Guardia Civil estaba "estudiada". Martínez cree que los agentes creían que en los municipios pequeños la población mostraría una "oposición mínima", aunque no fue así: "La gente de los pueblos es la que más resistió, porque no estabas con gente desconocida, tenías allí la familia y los amigos, los vecinos de siempre. Miedo se pasó, pero tienes claro que los tuyos no los dejas solos. No eres violento, pero tus derechos y los de los tuyos no los dejas solos", ha aseverado.

Martínez comenta que la asociación ―con una veintena de miembros― tiene el objetivo de exigir responsabilidades políticas para que las cargas del 1-O no queden "impunes políticamente". Así, admite que estos primeros meses la tarea ha sido más de darse a conocer, y que aspiran a presentar una causa colectiva contra los agentes policiales.

La Associació d'Afectats per l'1-O apuesta por actos descentralizados que conmemoren el primer aniversario del referéndum de autodeterminación. Martínez justifica que mucha gente tiene problemas para desplazarse hasta Barcelona, y defiende que hacer acciones por todo el territorio facilita la participación. Sin embargo, también subraya que tendría que haber "algún acto unitario" porque el 1-O marcó "un antes y un después, políticamente y socialmente", hecho que tiene que quedar "reflejado en la población de alguna manera", tal como apunta. Ahora bien, si eso se canaliza con un paro de país o una manifestación, ya lo deja en manos de la ANC y Òmnium.

"Ya hemos votado"

Sobre la vigencia del 1-O, Martínez opina que los referéndums no se ganan o pierden sobre la gente que pueda haber votado sino por los votos reales: "Por lo tanto, ya hemos votado con creces, el referéndum lo hicimos y lo ganamos", mantiene. En este sentido, cree que pedir un nuevo referéndum al Estado, aunque sea pactado, sería "tirar hacia atrás". "Me siento dolida y decepcionada si todo aquello no valió", añade en referencia al 1-O. "No soy política y quizás sí que es una forma inteligente de encarar el problema, pero como ciudadana me siento decepcionada, porque me siento ganadora, votamos a pesar de todo", ha subrayado.

Martínez también ha criticado que afines al president en el exilio Carles Puigdemont registraran el nuevo partido Moviment 1 d'octubre, a finales de mayo. A la presidenta de la Associació d'Afectats no le gusta la creación de este partido porque considera que el referéndum es "Patrimonio Nacional Catalán": "No te lo puedes apropiar porque es un bien colectivo, una marca de la resistencia de la ciudadanía, no me parece bien que nadie pueda sacar provecho". El exdirector de la Escola d'Administració Pública Agustí Colomines, y el abogado y exdirigente de CDC Jordi Ferres ―ambos próximos a Puigdemont― son promotores del partido M1-O, así como varios diputados independientes de JxCat.