Ni los múltiples casos de corrupción, ni la pérdida de 60 diputados el pasado 20-D. El Partido Popular no se caracteriza por cuestionar bajo ningún pretexto la figura de su presidente, Mariano Rajoy. Y quienes lo han intentado, como los jóvenes vicesecretarios del PP, han sido rápidamente reducidos por la mano derecha del líder, y vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. Pero al expresidente del gobierno y presidente de honor del partido, José Maria Aznar, no lo calla nadie, y a un mes del 26-J ha lanzado una ofensiva a las políticas del ejecutivo de Rajoy.

La última evidencia se produjo este martes, con la carta que Aznar envió al diario ABC. La misiva apelaba a un pacto nacional por la educación con el fin de reducir el déficit público. El ataque del expresidente era frontal hacia la política económica de Rajoy, "o la falta de esta" e insinuaba que había que implementar más ajustes con la necesidad de otras fuerzas políticas. Es decir, más austeridad y pactos.

No era la primera vez que cuestionaba al actual jefe del ejecutivo públicamente. Días antes, en el Foro anual de Economistas Aznar expuso una tesis similar. "España tiene que mantener, incluso acelerar, el proceso de consolidación fiscal. Lo tiene que hacer a través de la reducción del gasto público, sin confiar simplemente en el crecimiento de los ingresos públicos cíclicos” explicó. "Lo diré claramente: relajar la corrección del déficit público es un error muy grave. Económico y político”, se despachó.

En opinión de Aznar, la situación de actual comportaría una falta de solidaridad intrageneracional, y compromete toma de decisiones del Estado, en su soberanía nacional. Sobre el primer punto, el sistema de pensiones se encuentra en jaque por la falta de cotizaciones de los trabajadores en la seguridad social, en un momento donde los niveles de paro han hecho disminuir la masa salarial.

Sobre el segundo, se hace una alusión a los compromisos con Europa. Hace una semana el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude-Juncker, anunció que retrasaría la multa de la UE en España, por el incumplimiento del déficit, a después del 26-J para no interferir en el resultado electoral. En ese sentido, el expresidente de honor recomendó volver a tomarse "más seriamente" los recortes.

Rajoy rezuma un comportamiento con Aznar similar al que aplica con sus vicesecretarios, partidos rivales, y ciudadanos –como el espontáneo que interrumpió el acto de presentación de las candidaturas, al grito de "Sois la mafia". Es decir, sin inmutarse, ni responder. Es Santamaría quien tiene que salir del paso con un "ante la crisis hace falta comportarse con unidad y responsabilidad", o el joven vicesecretario Javier Maroto, bajo la máxima de "todos a una para que no paguen justos por pecadores", como indicó.

Foto: Mariano Rajoy / EFE

Comparaciones entre líderes

Pero algo encendió la mecha de la pólvora genovesa es la lucha de egos entre Aznar y Rajoy por erigirse como los mejores gestores de las finanzas españolas, ahora que la oposición denuncia como caduco el viejo mito que el PP es el eficiente garante de las cuentas públicas, y las Comunidades Autónomas lamentan los planes de ajuste que les envía el ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro.

En su misiva, el expresidente sacó pechando indicando que él había tenido que hacer frente a unos objetivos de déficit más elevados en el periodo 1996-2000 que los que enfrentó Rajoy, entre 2011-2015. Es en ese punto donde Santamaría se revolvió, jurisprudencia en mano, indicando que "en 1996 el déficit era del 7 por ciento y el 2011 del 9,3 por ciento", remachando que "como siempre", la culpa era de su rival común, el PSOE. 

Pero si el déficit no era bastante medalla para sustentar la tesis de Aznar, este enarboló la bandera de estadista. El presidente de la FAES recordó que él hizo entrar España a la zona euro. Rajoy no podrá alcanzar una hazaña similar, por lo que el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz hizo una aportación al duelo, alabando la gesta internacional de Aznar, pero recordando Rajoy evitó que España fuera rescatada por la UE.

Carta a Junker

La carta de Aznar llega una semana donde la actualidad ha estado marcada por otra misiva, y es la de Rajoy a Junker este lunes, indicando que efectivamente, España haría más ajustes la segunda mitad del 26-J. La preocupación de Aznar tiene un trasfondo, y se remonta a la contradicción en que el propio presidente en funciones incurrió en el diario económico Financial Times, indicando que bajaría los impuestos. "Dice una cosa en la UE y en España otra" replicó el líder socialista, Pedro Sánchez.

El cumpleaños de Vargas Llosa

Asimismo, la tensión y las criticas de Aznar tienen una perspectiva temporal que se remonta al cumpleaños del escritor peruano, Mario Vargas Llosa. En aquel encuentro, el presidente de honor del PP, José María Aznar, aseguró wue se necesitaban "nuevos liderazgos capaces de ejercer una tracción social, moral y política a la altura de los desafíos" de España. Es decir, que dé un paso al lado.

Esta era la primera vez que se encontraban, después del Comité Ejecutivo del PP el 21 de diciembre, solamente un día después de las elecciones del 20-D. En tal ocasión, Aznar pidió un congreso abierto para elegir al nuevo líder del PP y señaló que él no tenía intención de presentarse. Rajoy le respondió que este cónclave se hará cuando acabe el proceso de formación de gobierno, una tesis que ha seguido defendiendo cuando se le ha preguntado por este asunto.

Ya sea por la política económica de Moncloa, o por el liderazgo, Aznar parece haber roto la dinámica de cierre de filas en el seno de Génova, cuestionando como voz autorizada en el PP la continuidad de Rajoy al frente del ejecutivo tras el 26-J. Huelga saber si Rajoy mantendrá la tendencia díscola y hará lo mismo con su delfín sucesor. O sucesora.