Miquel Iceta huele una oportunidad para recuperar el liderazgo socialista perdido. Inés Arrimadas ve una ocasión para afianzar un electorado que el 27-S la convirtió en la jefa de la oposición. Las aspiraciones de Xavier Garcia Albiol son un poco más modestas: mantener un grupo de electores reducido pero bastante fiel que compra su mano dura contra los independentistas. Al fin y al cabo, el área metropolitana de Barcelona es el principal granero de votos del unionismo. Por eso se ha volcado y se ha dejado ver ya durante la precampaña. Sólo con buenos resultados aquí podrán aspirar a una alternativa "constitucionalista" al independentismo, para quien esta tierra sigue siendo un gran escollo.

Esta entidad supramunicipal, que hoy reúne 36 ciudades y pueblos, forjada a base de olas de industrialización e inmigración del resto del Estado, tiene un peso electoral determinante. En su momento, aquel cinturón rojo de Pasqual Maragall fue el contrapoder a la Catalunya de Jordi Pujol. Hoy representan 2,28 millones de votantes, el 57,47% del censo electoral de la demarcación de Barcelona, el 42% del censo de todo el país. Y lo que lo hace más especial: un electorado que ya no es fiel y que puede hacer decantar balanzas.

Justamente porque el cinturón rojo, feudo histórico del PSC y del PSUC (después Iniciativa), ya no es lo que era. El rojo ha dejado paso a otros colores, como el morado, el azul cielo e incluso el naranja en algunas elecciones. Basta observando la evolución de las fuerzas más votadas en las elecciones municipales de los años 2007, 2011 y 2017, para no ir más atrás en el tiempo.

El espacio político de los comuns se ha hecho con ayuntamientos tan importantes como el de la capital, con Ada Colau al frente, o la tercera ciudad del país, Badalona, en una confluencia todavía más amplia que incluye a la CUP y sirvió para echar a Albiol. También han ganado dos elecciones españolas, las del 20-D y el 26-J, donde la candidatura encabezada por Xavier Domènech fue la primera fuerza, a costa también del PSC. En 35 de los 36 municipios del área metropolitana fue el ganador (en algunos casos con hasta el 37% de los votos). Con la excepción de Sant Cugat del Vallès, donde fueron segundos, a pocos votos de Democràcia y Llibertat (marca electoral de CDC). En total recogieron 473.122 votos en el AMB de los 927.940 votos que consiguieron en Catalunya: un poco más de la mitad.

En las elecciones autonómicas anteriores, las del 27-S, planteadas en clave plebiscitaria por el independentismo, Ciutadans también consiguió hacerse un agujero en este territorio. Una decena de municipios del área metropolitana se tiñeron de naranja con el partido de Arrimadas como fuerza más votada. Entre ellos, la segunda ciudad del partido, l'Hospitalet de Llobregat, un feudo tradicional del PSC en todos los comicios. El 48% de los votos que recibió Arrimadas fue en el AMB.

A pesar de las disrupciones que han podido suponer las elecciones municipales y españolas, si analizamos la evolución de los diversos bloques en las elecciones al Parlament, la correlación de fuerzas se mantiene prácticamente intacta. En los últimos comicios, los de mayor participación que ha registrado Catalunya, los partidos unionistas consiguieron el 45,25% de los votos en el área metropolitana, frente al 39,13% de las candidaturas independentistas y el 11,34% de los comuns.

El unionismo centra la campaña en el AMB

La mitad de los electores del 21-D viven en el área metropolitana y, aunque la ley electoral actual perjudica la demarcación de Barcelona -porque se aplica una corrección de voto para evitar que las zonas rurales no estén infrarrepresentadas-, los partidos se vuelcan a hacer campaña aquí. Especialmente los que tienen su bastión electoral en torno a la capital catalana: los partidos unionistas. La campaña electoral del 21-D no será una excepción a la norma.

Por ejemplo, el PSC empezará la campaña en l'Hospitalet de Llobregat, igual que Catalunya en Comú. Ciutadans, en cambio, ha escogido como inicio Barcelona, con un acto en el barrio del Poblenou, igual que los populares, que darán el tiro de inicio desde la sala Bikini de la capital catalana. Todos ellos harán actos por todo el territorio catalán, especialmente en las capitales de demarcación y grandes ciudades, pero centrarán el grueso de la campaña en el entorno metropolitano.

Los socialistas conocen mejor que nadie este territorio. Ya durante la primera semana de campaña, entre los diez actos donde participará el candidato Miquel Iceta, habrá tres en el Baix Llobregat, en ciudades como l'Hospitalet o Sant Boi, uno en el Vallès y uno en el Maresme, con la participación de Pedro Sánchez. También desplegarán pesos pesados: el exministro Ángel Gabilondo, el presidente extremeño Guillermo Fernández Vara o la presidenta balear Francina Armengol se desplazarán hasta ciudades como Badalona, Rubí o Sant Andreu de la Barca. El recuperado referente unionista Josep Borrell, expresidente del Parlamento Europeo, tendrá agenda propia del 15 al 19 de diciembre, incluido el cierre en Cornellà de Llobregat.

Con respecto a Ciutadans, que ha hecho publica una agenda de campaña más amplia que los otros partidos, ya tiene programados hasta cinco actos en la ciudad de Barcelona, entre los que hay el central y el final de campaña, tres en el Baix Llobregat y uno en Santa Coloma de Gramenet.

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Foto: ACN

Última esperanza de los comuns

Los comuns también tienen claro que este es el votante que tienen que ir a buscar. Es a partir de aquí que han planteado la campaña electoral de Catalunya en Comú-Podem. El recorrido principal, el del candidato Xavier Domènech, abre en l'Hospitalet de Llobregat y cierra en una ciudad del área metropolitana todavía por determinar. Aparte, sin embargo, habrá un circuito metropolitano de refuerzo, por el cual se dejarán ver figuras de peso de este espacio político.

En el recuerdo, sin embargo, están presentes los malos resultados que obtuvieron con la marca Catalunya Sí Que es Pot (CSQP), que sólo obtuvo once diputados en el Parlament, dos menos de los que consiguió Iniciativa en las elecciones anteriores, las de 2012. El reto es hacer que el votante que le votó en las elecciones españolas y que normalmente se abstiene en las elecciones al Parlament esta vez no lo haga (o no escoja otra papeleta, como hizo el 27-S).

Por eso han escogido a Xavier Domènech, el arquitecto de aquellas dos victorias, como cabeza de lista. Pero también tendrá un papel determinante la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que se implicará mucho en la campaña. El mensaje de los comuns será que es posible trasladar las "políticas de cambio" del ayuntamiento de la capital hasta el otro lado de la plaza Sant Jaume. También que hay alternativas entre el bloque del 155 y el independentismo, a pesar de la polarización.

El escollo del independentismo

El hecho de que los partidos unionistas centren esfuerzos en el área metropolitana, y especialmente en localidades del Baix Llobregat, o Badalona y Santa Coloma, tiene una explicación: es el punto del territorio donde tienen más posibilidades de movilizar el voto unionista. De hecho, en las últimas elecciones al Parlament, las del 27-S, el unionismo evitó la victoria independentista en votos gracias a los resultados de estas fuerzas en el área metropolitana. Junts pel Sí y la CUP ganaron en escaños pero no en votos, que se quedó en un 48%.

Conscientes de la dificultad de ganar en buena parte del área metropolitana, los independentistas, como ya hicieron en 2015, centrarán su potencia en Barcelona, las grandes ciudades y también especialmente en la Catalunya interior. Esquerra, por ejemplo, hará unos 500 actos por todo el territorio, entre los que destacan los de Tàrrega, Valls, Blanes, Sant Carles de la Ràpita, Girona, Tarragona, Granollers, Lleida o Sabadell. La campaña empezará en Vic, ciudad de donde es la secretaria general del partido, Marta Rovira, y acabará en Sant Vicenç dels Horts, en el área metropolitana, de donde fue alcalde el vicepresidente Oriol Junqueras. Aquí el 27-S los partidos unionistas sumaron el 51,02% de los votos, frente al 32,53% de los independentistas y el 12,12% de los comuns.

Como ya hacían CDC y el PDeCAT, Junts por Catalunya también ha optado por hacer actos por todo el país, desde Tortosa hasta la Seu d'Urgell, pasando por todas las capitales de demarcación. El acto de inicio será en Barcelona, en las instalaciones de Mediapro en Glòries, y también tendrá parada en Bruselas, coincidiendo con el acto en apoyo al Govern en el exilio y a los presos.

Con respecto a la CUP, todavía no han desvelado sus actos de campaña, pero darán el pistoletazo de salida a la escuela Ramon Llull de Barcelona, punto donde el pasado 1 de octubre la policía española actuó tirando bolas de goma contra los manifestantes, y donde un hombre perdió un ojo.

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Foto: ACN

Las fuerzas soberanistas, sin embargo, son conscientes de la importancia de ganar votos en el área metropolitana si quieren seguir ganando adeptos al proyecto independentista para conseguir una mayoría sólida. Por eso, no han dejado de centrar esfuerzos, especialmente Esquerra, como demuestra la incorporación de la plataforma independentista de castellanohablantes Súmate a sus últimas candidaturas y el liderazgo de Gabriel Rufián en la candidatura de los republicanos en el Congreso de los Diputados. Estos esfuerzos, sin embargo, de momento no han dado todos los frutos deseables.

Rufián, hijos y nieto de andaluces y que vivió su infancia en Santa Coloma de Gramanet, fue la gran apuesta de ERC en las elecciones del 20-D y en la repetición de las mismas, el 26-J. En aquellas elecciones, Esquerra consiguió unos resultados históricos, triplicando los de las elecciones de 2011 con nueve diputados. Sin embargo, aunque el aumento de votos en el entorno metropolitano fue muy significativo, la candidatura de los republicanos quedó frenada en muchas ciudades. En su Santa Coloma fue la quinta fuerza, donde ganó En Comú Podem, como en 35 de los 36 municipios del AMB. En este municipio las candidaturas independentistas consiguieron un pobre 7,64%. En las del 27-S, subieron hasta el 19,2%.

De hecho, ERC ganó en las demarcaciones de Lleida y Girona, las zonas donde el apoyo a la independencia tiene más peso, pero se vio superada por los comuns en las demarcaciones de Barcelona y Tarragona, las dos más pobladas.

Esquerra ha apostado por ganar votos en el área metropolitana, no tanto mostrando el catalanismo nacionalista, sino las ventajas de la independencia a nivel social. Una estrategia dirigida básicamente a captar el voto de los comuns que priorizan la agenda social en la nacional. La táctica vuelve a estar presente en estas elecciones del 21-D. ERC ha apostado una vez más por perfiles independientes que podrían ser más próximo a los espacios de los comuns o de la CUP, como el activista por los refugiados Ruben Wagensberg.

Marcadas por un contexto de represión del Estado, pero también por la salida masiva a las calles del unionismo, las elecciones del 155 las determinarán la capacidad de cada uno de los dos bloques para movilizar a su electorado. Junts per Catalunya, ERC y la CUP buscarán revalidar la mayoría absoluta en escaños, con una asignatura pendiente: conseguirla en votos. Unos votos que el unionismo tratará de arrebatarle en el área metropolitana de Barcelona, ahora un espacio que ya no es rojo, sino que puede adoptar muchos colores. Entre ellos el morado, que no acaba de situarse en ninguno de los dos bloques.