La demanda de Vox contra el humorista Jair Domínguez por decir que Vox es fascista y que se combate con "un puñetazo en la boca" ha sido archivada por la Audiencia de Barcelona. El tribunal se manifiesta, así, en el mismo sentido que ya lo había hecho el juzgado de instrucción, que ya había ordenado el cierre de la causa. El humorista hizo el comentario en medio del programa El matí de Catalunya Ràdio, durante un espacio de humor, el 16 de febrero del 2021. La denuncia se extendía también al entonces director de la emisora, el periodista Saül Gordillo, que queda igualmente exonerado en una sentencia que no es firme y se puede recurrir.

La sentencia del juzgado de instrucción se hizo pública el 18 de junio del 2021, y decretaba el sobreseimiento provisional del caso. Vox la recurrió a la Audiencia de Barcelona, que reabrió la causa y ordenó nuevas diligencias. Ahora, la sentencia de la Audiencia establece que "a pesar de la capacidad de difusión del medio en que se emitió el mensaje y el tono directo del lenguaje utilizado, no concurren los indicadores que otorgan al mensaje aptitud para incitar al odio que sea merecedora de respuesta penal".

Los argumentos de Vox

El partido ultra Vox denunció el presentador y periodista ante el juzgado de instrucción de Barcelona, acusándolo de un delito de odio. En realidad dijo la frase del "puñetazo" pero haciendo referencia "al fascismo". La vicesecretaria jurídica de Vox, Marta Castro, denunciaba también, en su escrito en el juzgado, que el colaborador "hace una identificación, absolutamente infundada, indebida e irresponsable, de Vox con el fascismo" y "refuerza esta identificación de Vox al calificarlo también de neonazi".

Castro subrayaba en su escrito que la intervención de Domínguez no estuvo aislada, e incorporaba una noticia publicada en un medio de comunicación, donde a su entender insultaba a los votantes de Vox con la frase "el resultado en la Catalunya poligonera es neonazi". Domínguez verbalizó su mensaje dirigiéndose a los habitantes de Vilamalla (Alt Empordà) y La Pobla de Mafumet (Tarragonès), donde ganó Vox, aunque lamentaba con sorna: "No me escucharán, no creo que escuchen Catalunya Ràdio. Pero hay que decirlo, porque me estremece que un pueblo vecino vote tan fuertemente en favor del fascismo". El colaborador, que es de Figueres, reconoció que el resultado en Vilamalla había sido una cura de humildad y preguntó: "¿El pueblo más poligonero del Empordà vota a Vox? Al final resulta que la Catalunya poligonera es neonazi, quien lo tenía que decir?".