El vicepresident y conseller d'Economia, Pere Aragonès, descarta que la prórroga presupuestaria sea una opción y apuesta por negociar con todos los grupos una vez esté cerrado el proyecto de cuentas. Así lo han asegurado fuentes del departamento a El Nacional, que han indicado que en estos momentos todavía se está negociando internamente qué presupuesto tiene que tener cada conselleria.

La portavoz del Govern, Elsa Artadi, ha asegurado este martes en la rueda de prensa posterior al consejo ejecutivo que el proyecto de presupuesto para el 2019 no estará listo todavía para ser aprobado en la reunión del próximo martes, por lo que los plazos siguen corriendo y cada vez es más difícil poder aprobar las cuentas antes de que se acabe el año. "Vamos retrasados", ha asegurado, a lo que ha añadido que "es posible que durante un periodo se tengan que prorrogar los presupuestos".

Desde el departamento de Economía, sin embargo, piden acelerar los trámites y apuestan por cerrar las cuentas internamente de manera inmediata para evitar la prórroga técnica o reducirla al máximo. La opción de no acabar presentando unas nuevas cuentas y prorrogar los de 2017, ya que este 2018 ya estaban prorrogados, no es una opción que esté sobre la mesa de Aragonès.

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El president Quim Torra, el vicepresident Pere Aragonés y la consellera Elsa Artadi se dirigen a la reunión del Consejo Ejecutivo / EFE

Por eso, se están intensificando los contactos y las reuniones con los otros departamentos. De hecho, este martes por la tarde ha habido reuniones, que continuarán este miércoles con la mirada puesta a cerrar la negociación de las cuentas inmediatamente por empezarla con el resto de grupos parlamentarios.

La negociación entre departamentos se ha retrasado más de lo previsto y el motivo han sido las diferencias internas. ERC apuesta por ampliar el presupuesto de conselleries como Sanitat, Educació y Interior, dotando a los Mossos y a los Bomberos de más recursos, y eso implicaría congelar o incluso reducir el de algunos de los otros departamento, hecho que ha provocado algunas discrepancias. Sin embargo, el vicepresidente confía en poder salvar las diferencias y empezar la negociación real con el resto de grupos.

Negociación abierta a todos los grupos

De momento ha habido los primeros contactos iniciales con todos los grupos, pero no se han entrado a discutir los detalles. El socio predilecto de ERC, y por extensión del Govern, son los comunes, pero Aragonés no piensa cerrar la puerta a ningún otro grupo, a pesar de reconocer que con Ciutadans y PP sería muy difícil una negociación. Así, la negociación de las cuentas se centrará en el grupo liderado por Jéssica Albiach, pero también con la CUP e incluso con el PSC.

El objetivo del vicepresidente y conseller de Economía es hacer las cuentas más sociales posibles y que empiecen a revertir los recortes y, así, poner muy difícil en el resto de grupos, sobre todo a los de izquierdas, rechazarlos.

De momento, sin embargo, la CUP ya ha expresado en reiteradas ocasiones su negativa a negociar los presupuestos del Govern. Así lo decidió el consejo político de la formación. Según los anticapitalistas, las cuentas perpetúan las "políticas neoliberales" y tienen "elementos que no revierten los recortes".

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La presidenta de los comunes, Jéssica Albiach, y las diputadas Elisenda Alamany y Marta Ribas en el Parlament / Sergi Alcàzar

Por su parte, los comunes vinculan su apoyo a los presupuestos del Govern al hecho de que ERC y el PDeCAT aprueben los del Estado. El presidente Quim Torra anunció el viernes pasado que los grupos independentistas no los apoyarían, después de la dureza de los escritos de acusación de la Fiscalía y también de la falta de gestos de Pedro Sánchez con respecto a los presos y la autodeterminación. También los republicanos han defendido que "hoy por hoy" su voto a las cuentas del Estado es uno 'no clarísimo' y el mismo vicepresident ha defendido que "sólo los votarán si se retiran las acusaciones".

Sin embargo, la negociación de los presupuestos de Sánchez no llegarán a debatirse en el Congreso hasta los meses de febrero o marzo, por lo que el contexto político, en aquel momento, puede haber cambiado sustancialmente.

Además, todavía queda para sumar a la ecuación los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona. La alcaldesa Ada Colau quiere aprobar los presupuestos de la ciudad para salir más reforzada de cara a las elecciones municipales y este año no puede utilizar la carta de la moción de confianza, por lo tanto, necesitará el apoyo de los independentistas.