No quedarse en la superficie de las imágenes impactantes de las calles en llamas y entrar en profundidad para diagnosticar y poner remedio al motivo de fondo de las protestas. Ha sido la esencia del discurso que Pere Aragonès ha dirigido esta mañana en el Parlament, en su comparecencia sobre los disturbios generados los últimos días a raíz del encarcelamiento de Pablo Hasél. El vicepresident ha mostrado su apoyo explícito al cuerpo de los Mossos d'Esquadra y ha condenado los actos violentos, pero a la vez ha emplazado a las fuerzas políticas a ir a la raíz del problema y entender por qué la juventud se ha alzado.

Coincidiendo con las negociaciones para formar Govern, donde parte de las conversaciones —especialmente con la CUP— se centran en el debate sobre el modelo de orden público, Aragonès ha hecho un ejercicio de equilibrismo entre el rechazo frontal a la violencia y la empatía con el malestar de la juventud en Catalunya. "La violencia sólo empeora los conflictos y aleja la solución", ha manifestado. En este sentido ha recordado a los manifestantes que hay mecanismos para poder expresarse pacíficamente. Es en este punto que ha garantizado que "los Mossos d'Esquadra contarán siempre con el apoyo del Govern de la Generalitat" y ha agradecido su actuación. Además ha lanzado un aviso a navegantes, que "en ningún momento se puede criminalizar todo un cuerpo ni poner en cuestión su profesionalidad" por hechos aislados.

Ahora bien, el vicepresident ha admitido que "algunas actuaciones de los Mossos han sido objeto de crítica". El caso más evidente, la nueva pérdida de un ojo durante los disturbios. "Nos duele inmensamente y el compromiso del Govern es colaborar para averiguar cómo se produjeron los hechos y dirimir responsabilidades si se demuestra que ha habido una actuación negligente". Ante situaciones como esta, ha apuntado que hay que "evaluar" el papel de los agentes "con ánimo constructivo" porque "como colectivo humano, siempre se pueden cometer errores".

Al hilo de esta reflexión, se ha referido al uso de los proyectiles de foam, que la CUP exige que se eliminen. Aragonès considera que no se puede correr y no hay que hacer el debate en caliente, que hay que esperar a que haya un nuevo Govern para empezar este debate, acompañados de expertos. Por ello lo enmarca en una comisión de estudio en el Parlament como la que hubo entre 2013 y 2015 y que acabó prohibiendo las pelotas de goma en Catalunya.

Ley mordaza y delito de injurias

Del mismo modo que ha reclamado que no se criminalice a los Mossos, ha hecho lo mismo con los jóvenes que se movilizan estos días, porque la mayoría han salido pacíficamente. Aragonès ha radiografiado las protestas de estos días, para no quedarse sólo con las imágenes llamativas de los incidentes. "Quedarnos aquí sería un error" y "dejar en manos de los Mossos la solución a un conflicto social y político", también.

El diagnóstico que hace el vicepresident es que "el Código Penal contiene artículos que han quedado claramente superados" y que han llevado al encarcelamiento de Pablo Hasél, pero también han conducido a Valtònyc al exilio. Una persecución que, en palabras de Aragonès, no se puede compartir "por mucho que no gusten o no se esté de acuerdo en lo que digan sus canciones". En esta línea, ha defendido que "la crítica política, por mucho que ofenda, por mucho que hiera sentimientos, tiene que formar parte de una sociedad democrática y madura". Y eso, ha dicho, no pasa en el Estado español.

Ante esta constatación, ha emplazado a Pedro Sánchez a cumplir sus promesas y derogar la ley mordaza, que sigue vigente tres años después de la investidura del líder del PSOE. Al mismo tiempo, ha exigido que se elimine el delito de injurias a la corona, porque el jefe del Estado tiene que poder ser criticado.

Una generación perdida

En paralelo al hecho que la libertad de expresión está demasiado asediada en el estado español, el análisis de Aragonès ha añadido que hay que entender, que no justificar, que los jóvenes viven en un malestar evidente motivado por la "falta de expectativas". Después de la crisis de 2008, ha llegado la de la pandemia, que ha pintado de incertidumbre el futuro de las generaciones más jóvenes. "Un año de vida restringida, sin vida social durante la etapa más vital de sus vidas, provoca malestar y lo tenemos que tener en el radar", ha concluido.

La CUP quiere a ERC más a la izquierda

Como era de prever, las conversaciones que ERC mantiene en paralelo con Junts, la CUP y los comunes para un acuerdo de investidura y de Govern se han colado en el debate de esta mañana. Por la mañana, los anticapitalistas han aprovechado para marcar distancia con los republicanos, a quien han pedido que se sacuda el acento neoliberal que ha tenido durante su etapa de gobierno en con Junts per Catalunya. 

El diputado Vidal Aragonès ha preguntado directamente al vicepresident "qué tiene de izquerdas ERC, si su modelo público es la gestión privada". El cupaire también ha lamentado que Aragonès haya afirmado que no se puede qüestionar la profesionalidad del cuerpo de Mossos. 

A modo de resumen, ha advertido que "por la República y la independencia, disposición absoluta, pero si vienen a gestionar autonomismo y plicar recetas neoliberales, barricada". 

En la imagen principal, Aragonès se dirige a los diputados desde la tribuna de oradores del hemiciclo. / ACN