El vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Pere Aragonès, apela a la "responsabilidad" de los grupos parlamentarios e insiste en que puede haber elecciones si no hay nuevos presupuestos. Aragonès ha avisado de que "no nos podemos permitir el lujo de seguir funcionando el año 2020 con presupuestos prorrogados. Si no es posible, habrá que tomar decisiones políticas para hacerlo posible y quizás se tendrá que pasar por unas elecciones".

Aragonès ha asegurado en declaraciones a la ACN, que las cuentas del año que viene incorporarán una propuesta fiscal y preguntado por si se puede ir más allá de la oferta que el Govern hizo con los presupuestos fallidos del 2019, el vicepresidente ha respondido de que ve "muy poco margen".

Aragonès se ha dirigido especialmente a la CUP, comuns y PSC para pedirles que permitan que Catalunya "se ponga al día". Según el vicepresidente, "incluso los que están en contra del Govern tendrían que dar apoyo a las cuentas" teniendo en cuenta que todavía se está gestionando con los presupuestos prorrogados del 2017.

Ha evitado, sin embargo, hablar de socios preferentes y ha asegurado que su departamento "no cierra las puertas a nadie". De hecho, la intención es que la propuesta de presupuestos sea "ampliamente compartida" después del fracaso del 2019 y, por eso, la semana que viene empiezan las reuniones con los grupos de la oposición paralelamente al trabajo del departamento de Economía para elaborar las cuentas.

En este sentido, Aragonès ha señalado que "los socios preferentes de mejoras en salud, enseñanza, protección social, seguridad, inversión en infraestructuras pueden ser una gran mayoría parlamentaria" y ha dejado claro que el Govern se dirige a todos los grupos.

"Hago un llamamiento a la responsabilidad de todos. El Govern en primer lugar, nos tenemos que poner delante. Pero también de todos los grupos especialmente de los que se han mostrado proclives a negociar como la CUP, los comunes y el PSC para poder llegar a un gran acuerdo", ha concluido.

Aragonès ha insistido en que Catalunya no tiene ahora las mismas necesidades que hace tres años y que en el contexto actual hay más ingresos que permiten elevar el techo de gasto en 2.500 millones de euros con respecto a los presupuestos vigentes del 2017. Son 800 millones de euros más en inversión que la contemplada en las cuentas fallidas del 2019. Así pues, ha pedido a los grupos que no desperdicien "la oportunidad magnífica" de recuperar el nivel de gasto previo a los recortes.

Poco margen para la fiscalidad

Uno de los principales escollos de la negociación fracasada del 2019 fue la fiscalidad. Los comuns consideraron insuficientes la propuesta del Govern de subir el IRPF para las rentas de más de 120.000 euros, reducir bonificaciones en el impuesto de sucesiones y subir el impuesto de transmisiones patrimoniales que pagan los bancos.

"Lo pusimos sobre la mesa en el 2019 y en el 2020 también lo pondremos sobre la mesa. Tenemos muy poco margen. Tenemos que ser conscientes de que el margen es muy pequeño pero tenemos que trabajar para ser creativos e intentar que todo el mundo contribuya a los servicios públicos de acuerdo con sus posibilidades", ha añadido el vicepresidente.