Las últimas horas las declaraciones de Gabriel Rufián en que tildaba de tarado al presidente Carles Puigdemont han provocado un estruendo en la política catalana. Aunque posteriormente el diputado republicano se disculpó por redes y a través de una declaración ante los medios, la magnitud de sus palabras provocaron una onda expansiva que no solo lo afecta a él sino a su partido, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Entre las primeras voces republicanas que se alzaron contra las declaraciones de Rufián había la del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. El presidente rechazó la postura que había mantenido Rufián. Poco menos de 24 horas después de que se desencadenara la polémica, Aragonès lo ha dado por cerrado. "No tengo nada que añadir". "Tiene mi apoyo y el del partido", ha afirmado en una entrevista en Catalunya Radio, recordando que todos los diputados de ERC cuentan con este apoyo.

"Es evidente que las declaraciones de ayer no las comparto y he sido explícito al respecto", ha expuesto el presidente, a quien también ha añadido: "Nos equivocamos si juzgamos toda una tarea política a raíz de unas declaraciones". En este contexto ha sido preguntado por otras polémicas que ha desencadenado Rufián, en lo que Aragonès ha respondido: "Muchas veces en política acabas atacando a quien tienes más cerca, constantemente se nos encuentran en otras direcciones". También ha querido ademán en valor la rectificación de Rufián, afirmando que no es una actitud corriente en política.

Confiando en la estabilidad con Junts

La nueva ponencia política de Junts plantea consultar en las bases si el partido tiene que continuar al Govern. Es decir, se abre la puerta a una posible descomposición del Ejecutivo catalán. Es un escenario, sin embargo, que el presidente de la Generalitat no contempla como viable. En la entrevista, el presidente ha mostrado su confianza en que "se apostará por la estabilidad en el Govern de Catalunya". Aragonès ha remarcado que en el contexto actual, después de la pandemia y ante una nueva crisis, la estabilidad es un elemento clave. El presidente ha remarcado que se ve acabando la legislatura.

Aragonès ha subrayado el buen trabajo y compenetración que se está dando en el seno del Govern. Un aspecto que cree que se tiene que hacer valer cuando se decida sobre la continuidad del Ejecutivo. En caso de que esta continuidad fuera alterada, el presidente ha afirmado: "Nosotros ejerceremos nuestras responsabilidades siempre, pero estoy convencido de que este escenario no se dará".

En la entrevista, justamente, se ha destacado uno de los temas que más fricción provoca entre las dos formaciones: la mesa de diálogo. Aragonès ha aseverado que, mientras dependa de él, no se levantará "nunca" de la mesa. El presidente ha añadido que, hasta ahora, el ejecutivo de Pedro Sánchez ha "incumplido" en los "aspectos básicos", y que ha pensado que tenía "carta blanca para actuar".