Sant Jordi no ha escapado del tira y afloja entre Esquerra Republicana y Junts per Catalunya para llegar a entenderse para volver a compartir gobierno. Si la Diada se despertaba con Laura Borràs recetando paciencia a Pere Aragonès, instantes después el todavía vicepresident le ha replicado reclamando "un gobierno ya". De hecho, ha pedido que la sesión de investidura se celebre la próxima semana, "antes de que acabe el mes de abril".

Hace siete meses, desde la inhabilitación del president Quim Torra el mes de septiembre, que el Govern de la Generalitat trabaja en funciones. "Podemos tener más o menos paciencia, pero las urgencias sociales no tienen", ha apuntado Aragonès, que considera "urgente" que "el país se ponga en marcha" y "las instituciones recuperen la normalidad".

 

La interlocución entre republicanos y junteros se ha intensificado esta semana y si bien se han ido destrabando obstáculos, como la agenda social y los mecanismos de coordinación interna, la carpeta relacionada con la estrategia independentista y el papel del Consell per la República continúa atascada. Fuentes de ERC se muestran inquietas porque, según explican, Junts persiste en la voluntad de dotar al ente liderado por Puigdemont desde Waterloo de un poder que vaya más allá de la propia Generalitat.

Durante el segundo discurso de investidura celebrado el martes 30 de marzo, que acabó con un nuevo revés de Junts, el aspirante a president ya avisó de que no aceptará ser tutelado por ningún estamento. 23 días después se ha reafirmado en esta posición. Aragonès ha subrayado la importancia de "defender las instituciones de este país", más teniendo en cuenta que "ya existe la amenaza del estado de limitar las funciones de la Generalitat". El mensaje a Junts, que "ningún presidente puede renunciar a asumir todo el liderazgo que decidieron las urnas", y que "no sería honesto". "No lo haré".

Empieza la cuenta atrás

El candidato a la presidencia sigue el minuto y resultado de la negociación día a día. De hecho, está directamente implicado hasta el punto de que ha participado de la redacción de algunos de los documentos que se han intercambiado con Junts. En paralelo, mantiene contacto permanente con los máximos dirigentes junteros, especialmente con Jordi Sànchez, pero también con Carles Puigdemont.

La semana que viene expira el plazo que ERC ha puesto a Junts para cerrar un acuerdo. Los republicanos no han aclarado qué pasará si no llega, pero en privado aseguran que no se quedarán de brazos cruzados. Quedan siete días, empieza la cuenta atrás.

En la imagen principal, Aragonès comparece en los Jardines del Palau Robert. / S. Alcàzar