El antifascismo ha querido hacer un acto alternativo a las manifestaciones españolistas convocadas para celebrar el 12 de octubre. A las 11 de la mañana estaba convocada una concentración en los Jardinets de Gràcia, a pocos metros de la cola de la manifestación de España en Marcha, en la parte superior del passeig de Gràcia. Los Mossos d'Esquadra han establecido un dispositivo muy numeroso para evitar la coincidencia de los dos actos. La concentración antifascista tan sólo reunía a unas 300 personas a las 11h de la mañana, pero ha podido sumar mucha más gente con la llegada de diferentes columnas procedentes de los barrios, hasta llegar a los 2.000 manifestantes, según la Guardia Urbana. En el momento en que las columnas de los barrios se acercaban en los Jardinets ha habido algún momento de tensión, cuando manifestantes españolistas les han tratado de cerrar el paso en el Cinc de Oros, pero los Mossos han apartado a los unionistas y han dejado pasar a los antifascistas hasta los Jardinets.

De concentración a manifestación

Cuando ya pasaban de las 12h, los concentrados en los Jardinets han empezado a moverse, estrechamente controlados por un gran dispositivo de la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra, con casi 30 furgonetas y un helicóptero. Los Mossos han intentado evitar que la concentración antifascista llegara a encontrarse con los asistentes a la convocatoria unionista. La manifestación antifascista, con furgonetas de policía delante y detrás, ha acabado circulando por Diagonal, Muntaner y Aragó. La gente se ha ido sumando al acto durante el trayecto, y ha llegado a sumar entre 1.500 y 2.000 personas. Algunos manifestantes han realizado pintadas en bancos y cajas de ahorro de carácter anticapitalista, pero no ha habido incidentes graves, a pesar de la presencia en algunos puntos de militantes españolistas que desafiaban a los asistentes al acto. Los organizadores han desconvocado la manifestación en el Parc de l'Escorxador. Y han pedido que todo el mundo  volviera a casa en grupos para evitar incidentes.

La tumba del fascismo

Los militantes llevaban pocas banderas y pancartas: alguna estelada, banderas negras, banderas republicanas y banderas rojas. Los gritos más frecuentes han sido: "Barcelona es la tumba del fascismo", "El fascismo crece si no se le combate"... También se ha recordado al militante antifascista valenciano, Guillem Agulló, al grito de "Guillem Agulló, ni olvido ni perdón". Algunos grupos también han coreado gritos contra la fiesta de la Hispanidad: "12 de octubre, nada que celebrar" o "Hispanidad es genocidio".