La corriente Anticapitalistas de Podemos ha considerado hoy que la "nueva República catalana" proclamada por el Parlament de Catalunya abre un proceso constituyente "que rompe con el régimen del 78" y enfrenta retos como integrar a los no independentistas y atender demandas "más allá del tema nacional". A pesar de eso, aseguran que "ni reconocen ni dejan de reconocer" la República.

Anticapitalistas ha emitido un comunicado "ante la situación en Catalunya", en el que argumenta que la proclamación se ha producido en un contexto "de amenazas constantes para aplicar el 155", una "salida autoritaria" a un conflicto que, a su juicio, "tiene que tener una salida eminentemente política y democrática".

Por ello, Anticapitalistas llama a "rechazar" la aplicación del artículo 155 y a la defensa democrática, pacífica y desobediente de la voluntad del pueblo catalán y su derecho a decidir".

La corriente, que cuentan en sus filas con figuras reconocidas en Podemos como la secretaria general en Andalucía, Teresa Rodríguez; el alcalde de Cádiz, José María González "Kichi"; o el eurodiputado Miguel Urbán, ha responsabilizado de la aplicación del 155 al PP, que, a su juicio, actuó "espoleado" por Ciudadanos y con el apoyo del PSOE y "la presión de los aparatos del Estado".

"La nueva República catalana se enfrenta a retos internos que no puede soslayar, en un país en el que un sector importante de la población no se siente representado por el independentismo", prosigue Anticapitalistas, que marca el reto de la integración de los ciudadanos no independentistas como el primero que debe afrontar.

Anticapitalistas defiende la apertura de procesos constituyentes para "rearticular las relaciones entre los pueblos en igualdad", construir una sociedad "alternativa a la de las elites políticas y económicas" y conquistar nuevos derechos sociales y democráticos para las clases populares.

Finalmente, la corriente reconoce que su "posición es difícil" en el actual contexto y considera fundamental el diálogo y la oposición a la "involución autoritaria" que planea el Estado con la "excusa" de la cuestión catalana.