Demoledor y conmovedor. Así ha sido el relato de los hechos que ha explicado este sábado Anna, la pareja de uno de los CDR detenidos, en una entrevista en 'El Suplement' de Catalunya Ràdio. Con la voz rota, la pareja del activista detenido ha relatado punto por punto como vivió la brutal operación policial perpetrada por la Guardia Civil el pasado lunes 23 de septiembre, que acabó con la detención de nueve CDR, acusados de terrorismo, rebelión y tenencia de explosivos.

"Oí una golpe, vi luz por debajo de la puerta y pensaba que nos robaban las bicicletas. Después ya oí gritos de 'Guardia Civil'", ha recordado. Anna ha reconocido que no fue hasta que pasaron unas dos horas que se dio cuenta de lo que estaba pasando. "Oí gritos de 'libertad' que venían de la calle", ha aclarado.

Con respecto a la actuación policial en su domicilio, la pareja de Xavier -uno de los siete detenidos que permanecen en prisión preventiva en Soto del Real (Madrid)- ha comentado que los agentes que entraron en su casa -una decena aproximadamente- le dijeron que ella y sus hijos estaban al margen de todo.

Una vez los abuelos se llevaron a los dos hijos de la pareja, la Guardia Civil empezó el registro en el piso. "Se llevaron cámaras, ordenadores, libretas de notas, móviles... Por lo que he sabido, creo que el registro en mi casa fue light comparado con los de los otros domicilios. Estuve al lado de Xavi (detenido) durante el cacheo", ha explicado.

Anna ha explicado que no ha podido volver a hablar con su pareja después de recibir una llamada suya de un minuto de duración desde la comandancia de la Guardia Civil de Tres Cantos, en Madrid.

Preguntada por cómo le ha afectado a toda esta situación, Anna ha reconocido estar muy tocada. "Para salir a protestar y colgar lazos amarillos no te imaginas que la poli entre en tu casa de esta manera. Tengo miedo de que me señalen por la calle", ha dicho justo antes de denunciar que la tarde de las detenciones una vecina tuvo que llamar a la brigada municipal porque les habían pintado una cruz roja delante de casa.

"No renunciaré a nada de lo que pienso. Pero quizás tardo una semana en volver a colgar lazos amarillos", ha concluido.