La candidata del PP a Barcelona para el 28-A, Cayetana Álvarez de Toledo, ha celebrado este miércoles su primer acto en la capital catalana desde que fue nombrada como cabeza de lista, y lo ha hecho cargando de manera muy dura contra el independentismo. Después de la polémica por su comparación entre el procés y el 23-F, donde ha asegurado que era "más grave", hoy se ha vuelto a reafirmar y ha acusado el independentismo de "xenófobo" y de tener métodos e ideas "deplorables".

En un discurso muy airado contra el movimiento, lo ha acusado de ser un "proyecto de extranjería" para querer crear "fonteras interiores entre los catalanes de pura raza y los que no lo son" y ha asegurado que la voluntad de los independentistas es "excluir". Además, ha vuelto a insistir en que es el "mayor desafío desde 1978" y ser más grave que el 23-F, por el hecho de que se dé apoyo desde "instituciones", "medios de comunicación", "manifestaciones en la calle" o por el hecho de que algunos socialistas se abran a conceder indultos.

"Quieren convertir a la mitad de los ciudadanos en extranjeros y que les den el Nobel de la Pau", ha ironizado, asegurando que tanto los "métodos" como las "ideas" independentistas son "deplorables", porque "no quieren vivir con todos los españoles" y por tener un sentimiento oscuro que es la "xenofobia". Además, ha criticado que el independentismo diga que quien está en el banquillo de los acusados del Supremo es Catalunya y ha defendido que no tiene que estar "condenada a ser la tribu amarilla".

Álvarez de Toledo ha acabado su intervención en un céntrico hotel de la capital catalana con una crítica al presidente Pedro Sánchez, a quien ha acusado de tener un proyecto a retrogrado, reaccionario, triste y tétrico", y ha entrando en el cuerpo en cuerpo con la candidata de Cs, Inés Arrimadas. "Sólo tenemos una diferencia: yo sí que me hubiera presentado a la investidura", le ha lanzado.

Casado quiere que los Mossos retiren los lazos

En el acto de presentación de la candidatura también ha intervenido el presidente del partido y candidato a la presidencia del Gobierno, Pablo Casado, que ha insistido en el 155 y al "hacer cumplir la ley" en Catalunya, cogiendo el control de los Mossos, cerrando embajadas o interviniendo la economía catalana. En este sentido, ha cargado contra Sánchez y le ha instado a ordenar a los Mossos y a la Guardia Urbana sacar los lazos amarillos. También ha asegurado que si fuera presidente obligaría a los funcionarios a sacarse los "símbolos insultan a la democracia española".

Por otra parte, ha presentado las elecciones españolas como el "referéndum" que quieren los independentistas, porque podrán escoger entre un gobierno de Pedro Sánchez donde "Torra y Puigdemont manden en España" o un gobierno de los populares. "La alternativa sólo puede ser un gobierno del partido popular", ha añadido, en un parlamento en lo que ha elogiado a los líderes del partido en Catalunya -a quien no ha puesto en los primeros sitios de la lista por Barcelona- por ser "héroes" ante el acoso que asegura que tienen que vivir en Catalunya.

El acto, que ha empezado con una canción que recordaba la melodía de Piratas del Caribe y en el que han asistido unas 200 personas -aunque muchas otras se han tenido que quedar en la calle por falta de aforo-, también han intervenido el candidato por Barcelona, Josep Bou, y el presidente en Catalunya, Alejandro Fernández.

Bou ha protagonizado alguna salida de tono cuando ha dicho que "Barcelona sigue siendo Barcelona" pero que "otra cosa son las comarcas" y cuando ha dicho que ni Manuel Valls ni Ernest Maragall subirían a Montserrat escalando como hará él. Para acabar, Fenández ha desgranado que el proyecto del PP es acabar con el programa de inmersión lingüística, hacer una "refundación democrática de la Generalitat" que está "putrefacta de independentismo" y sacar pecho de todas las inversiones e infraestructuras en Catalunya en las que invierta el Estado para conseguir una "mayoria constitucionalista".