Las reacciones a la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de romper el hermanamiento entre la capital catalana y Tel Aviv no cesan. Ahora, después de las críticas de otros partidos políticos y de la comunidad israelita, la polémica ha llegado hasta Madrid. Su alcalde, José Luis Martínez Almeida ha aprovechado esta situación para aprovechar y diferenciarse de Colau, ofreciendo la hermandad de la capital española y Tel Aviv. Concretamente, ha anunciado que enviará una carta a su homólogo Ron Huldai para hacerle llegar su propuesta, después de que Barcelona haya suspendido las relaciones con Israel, tal como ha anunciado Colau.

"Hoy mismo enviaré una carta al alcalde de Tel Aviv. Desconozco los motivos por los cuales todavía no estábamos hermanados. Esta es una ocasión estupenda por mostrar que Madrid sí tiene claro dónde tiene que estar, sí tiene claro cuál es el lado correcto y que, por lo tanto, tenemos que reforzar las relaciones con una democracia y un estado de derecho como es Israel". Yendo más allá, José Luis Martínez Almeida no solo ha ofrecido la hermandad, sino que también ha asegurado que la decisión de Colau apesta a antisemitismo: "El gobierno municipal no va a dar pábulo ni permitirá comportamientos que hace una clara peste de antisemitismo y que no tienen cabida en sociedades como las de hoy en día", ha insistido.

La Asociación Catalana de Amigos de Israel (ACAI) ya ha reaccionado a las palabras de Almeida: "Lógicamente, la crisis reputacional de Barcelona —y Catalunya— generada por la decisión de carácter xenófobo de Colau de discriminar a los ciudadanos de Tel-Aviv en razón de origen, será aprovechada por los oportunistas de turno", han denunciado a través de las redes.

Colau denuncia una violación sistemática de los derechos humanos por parte de Israel

Ayer tarde, Ada Colau anunció la suspensión temporal de todas las relaciones con el estado de Israel, incluido el acuerdo de hermandad con la ciudad de Tel Aviv, una relación que existía desde las fiestas de la Mercè de 1998. La misma alcaldesa envió una carta al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en que lo informa de la decisión y Colau ha defendido esta decisión criticando la "violación flagrante y sistemática de los derechos humanos" por parte de Israel. "Entendemos que no podemos callar", ha insistido la alcaldesa, todo apuntando que la decisión no es "en ningún caso una discriminación a la población judía, es una crítica a un gobierno, no a un pueblo, una comunidad, o una religión". Así y todo, como ha hecho ahora Almeida, hablando de antisemitismo, las entidades projudías también ven la ruptura como un acto xenófobo.

Xavier Trias, candidato de Junts a las elecciones municipales en Barcelona, censuró también la decisión de Colau, subrayando que la capital catalana tendría que trabajar para la concordia: "Es un grave error. Este es uno de los motivos, entre muchos otros, y por eso hace falta un cambio al Ayuntamiento. Barcelona tiene que trabajar para la concordia, sin sectarismo, evitando la confrontación y apostando por el diálogo y el acuerdo", apuntaba después de saber de la ruptura de las relaciones.