La agenda catalana se ha infiltrado en el arranque de la campaña de las elecciones gallegas. En Galicia no solo se ha hablado estos días de pellets, de sanidad, de economía o de industria. Se ha hablado también de amnistía, de terrorismo y de sequía (la catalana). Quien más ha introducido estos temas en los mítines electorales de los comicios gallegos ha sido el PP. El PSOE, de hecho, no está nada interesado en hablar sobre la amnistía en Galicia, y pretende silenciar las negociaciones con Junts per Catalunya hasta después del 18 de febrero, fecha en la que los gallegos están llamados a las urnas para decidir si mantienen a Alfonso Rueda en la Xunta por mayoría absoluta o si hacen ganadora a una alianza entre el BNG y el PSOE.

Alberto Núñez Feijóo ha vuelto este fin de semana a casa. Se ha implicado a fondo en la campaña electoral del territorio que presidió antes de dar el salto a la política estatal, y ha acompañado a su sucesor al cargo, Alfonso Rueda, en algunos mítines. Este domingo, en un acto en Mos (Pontevedra), abordó el tema de la agenda catalana que tiene más impacto en la política española: amnistía, terrorismo y Puigdemont. Lejos de abordar cuestiones que afectan a los gallegos, Feijóo criticó la "metamorfosis" del PSOE en torno a la amnistía. Acusó a Pedro Sánchez, que el pasado jueves insistió en que el independentismo no ha sido nunca terrorista, de "suplantar" a jueces y "dictar sentencias". Así, se preguntó por qué los socialistas "quieren incluir este delito" en la ley de amnistía si más tarde el presidente del Gobierno reivindica la ausencia de terrorismo en el movimiento político.

Feijóo también disparó contra Carles Puigdemont, en tanto que "ni siquiera cree que sea español". "Sorprende que al Gobierno de Sánchez le interese más el problema de un ciudadano que no quiere ser español que un problema de todos los españoles, como es la igualdad ante la ley, señaló el líder del PP en un mitin para las elecciones gallegas.

Pero el líder de los populares también hizo mención al problema de la sequía, en este caso para reivindicar su solidaridad con Catalunya: afirmó que los populares "se comprometen a ayudar a los catalanes con su sequía". "Si ellos levantan muros, nosotros levantamos puentes", afirmó. En los últimos años, Vox ha presumido de ser el partido de los agricultores. Ante la crisis medioambiental, ahora el PP pretende adelantar al partido de extrema derecha en esta cuestión, y pretende erigirse, en las elecciones gallegas, vascas y europeas, como el partido que más defienda a este sector.

El PSOE entierra la amnistía

Quien menos interesado está en llevar a Galicia el debate sobre la amnistía es el PSOE, convencido de que es un tema que le desgasta. Por ello, los socialistas esperan que las negociaciones con Junts per Catalunya se mantengan bien discretas hasta después del 18 de febrero, fecha de las elecciones. Socialistas y juntaires tienen quince días hábiles —prorrogables— para negociar cómo retocar la ley de amnistía para que los jueces no tengan rendijas por las que colar su persecución al independentismo.

Como las preguntas por parte de la prensa son inevitables, el Gobierno opta, de momento, por no revelar nada de nada. Y en los últimos días el discurso ha sido el mismo: negar que el independentismo haya sido terrorista, pero a la vez reivindicar el redactado actual de la ley, sin cerrar la puerta a cambios. Lo hizo Pedro Sánchez el pasado jueves y lo ha hecho Félix Bolaños este domingo, que en declaraciones a la prensa reivindicó que la norma es a día de hoy "impecable", "constitucional" y "conforme al derecho europeo".