Entramos de lleno en el desenlace de la función. En 48 horas conoceremos el nombre del alcalde o alcaldesa de Barcelona para los próximos cuatro años. Salvo algún giro de guion imprevisto, Ada Colau será reelegida. Ahora mismo, la decisión está en manos de las bases de Barcelona en Comú. De las mismas 10.000 personas que hace un año y medio forzaron a Colau a expulsar del gobierno municipal al PSC por su apoyo al 155. Si Colau consigue retener la alcaldía, será la primera vez en la historia que el candidato más votado no es investido alcalde de Barcelona. 

Esta mañana a las 11 se ha activado la consulta, que es telemática, y se cerrará el viernes a las 5 de la tarde. La pregunta es binaria. Tienen que escoger entre A/ Acuerdo de gobierno entre Barcelona en Comú y PSC, con Colau de alcaldesa o B/ Acuerdo de gobierno entre ERC y Barcelona en Comú, con Maragall de alcalde. Tan pronto como el partido ha filtrado la pregunta a los periodistas, la prensa bromeaba con una comparación: como si se preguntara a la afición azulgrana si prefieren que gane la Liga el Barça o el Madrid. Sea cual sea el resultado, el acuerdo de gobierno no se firmaría hasta después de la investidura.

La propia alcaldesa en funciones ha dejado claro que ella se decanta por la primera opción, la de pactar con Collboni. "Vemos como mejor propuesta, viendo que el tripartito ahora no ha salido, el acuerdo con el PSC", ha afirmado Colau en una rueda de prensa en la sede de la calle Marina. Y lo ha justificado explicando que "para nosotros la elección no es sobre ERC o el PSC, sino sobre la alcaldía, y para nosotros la alcaldía es clave, estos cuatro años hemos constatado la relevancia de la alcaldía". Asímismo, se ha mostrado ofendida por los comentarios que la acusan de "sólo querer la silla, nosotros estamos aquí para impulsar políticas de cambio y hi lo hemos demostrado".

Acepta el regalo de Valls con la pinza en la nariz

Por primera vez ha roto el silencio sobre los tres votos que necesita de la plataforma de Manuel Valls, imprescindibles para conseguir a la mayoría alternativa necesaria de 21 concejales. El resumen sería que aceptará el regalo con la pinza en la nariz. En palabras de Colau, "no nos gusta y nos ha hecho dudar mucho, porque era una situación no querida; la conclusión es que no tenemos que renunciar a gobernar, no porque sí sino para mantener una agenda de cambio". Al mismo tiempo ha dejado claro que "nosotros no hemos ido a buscar estos votos, nos los hemos encontrado sobre la mesa" y que "no son fruto de ningún acuerdo y no modificarán ninguna de nuestras políticas". Ha puesto como ejemplo la gestión del turismo y la defensa de la libertad de los presos políticos. También ha recalcado que no contempla que la gobernabilidad dependa de los votos de Valls y Cs.

Sobre cómo afectará a la sentencia del Supremo contra los líderes independentistas en su cohabitación en el gobierno con el PSC, teniendo en cuenta que en otoño de 2017 rompieron el acuerdo de gobierno municipal por el 155, Colau ha señalado que "no modificaremos nuestra postura, defenderemos la libertad de los presos también en un gobierno con el PSC y ojalá los socialistas se vayan acercando, es una de nuestras funciones".

Preguntada específicamente por si volverá a colgar el lazo amarillo de la fachada del Ayuntamiento, la alcaldesa en funciones ha adelantado que lo llevará a votación de la Junta de Portavoces y que hará lo que allí se decida.

El tripartito, posible más adelante

La apuesta de los comunes ha sido desde el principio un gobierno municipal con el PSC y ERC, imposible porque ambos se han excluido como opción para compartir un gobierno municipal. A pesar de eso, Colau se ha mostrado confiada de que este tripartito será posible más adelante, en este mandato. "Dos semanas después estamos más cerca, la idea del tripartito ya no suena tan remota como podía sonar hace dos semanas", ha sentenciado. En este sentido ha desvelado que "me consta que Maragall y Collboni hablan a menudo".

Los resultados de la consulta se conocerán a lo largo de la tarde de este viernes. La última vez que los comunes consultaron a sus bases fue hace un año y medio para decidir si debían echar al PSC del gobierno municipal de Barcelona por el apoyo de los socialistas al 155. La votación fue ajustadísima. Ganó el sí con el 54%. 

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