"Los han encarcelado porque quieren condicionar a los clientes, sus abogados y sobre todo porque quieren atemorizar cualquier sentimiento de autodeterminación que pueda haber en España". Eso es lo que aseguran los abogados de los consellers encarcelados en Madrid: Jaume Alonso Cuevillas (defensa de Jordi Turull, Josep Rull, Meritxell Borràs y Joaquim Forn) y Andreu Van den Eynde (defensa de Oriol Junqueras, Carles Mundó, Dolors Bassa y Raül Romeva) en una entrevista en Catalunya Ràdio.

Los dos letrados han querido empezar explicando que esta madrugada han trabajado hasta tarde preparando recursos contra la prisión provisional de los consellers y que presentarán este mismo lunes por la mañana, han coincidido en afirmar que "La prisión preventiva es la medida más extraordinaria".

Segundo Van den Eynde, la justicia española les da poco margen porque "quieren que declaremos rápido y sin garantías; tienen una estrategia donde la prisión juega el papel de amenaza". Por su parte, Cuevillas ha querido añadir que toda esta velocidad en el proceso judicial "ha sido para contentar los del 'a por ellos'".

Sin embargo, el abogado de los consellers del PDeCAT ha lanzado un mensaje de tranquilidad indicando que "el magistrado que atenderá los miembros de la Mesa este jueves será más garantista por eso tenemos que estar convencidos de que la Mesa volverá a casa". Van den Eynde ha recordado que ahora mismo "hay 4 tribunales diferentes que estudian el mismo caso", se refiere al Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional, el Tribunal Supreior de Justícia y un juzgado de instrucción de Barcelona.

En la misma línea, Cuevillas ha añadido que el Tribunal Supremo tendría que reclamar la competencia a la Audiencia Nacional para juzgar "este supuesto delito de rebelión", pero que eso se podrá hacer una vez pasen las elecciones del 21-D cuando los imputados recuperen su condición de aforados.

Finalmente, han subrayado que si todo el proceso se está realizando fuera de Catalunya está para evitar concentraciones ante los tribunales, un hecho que les sorprende ya que los dos aseguran que "un magistrado tiene que poder asimilar la presión".