El líder del partido ultra Vox, Santiago Abascal, se ha rendido finalmente y se ha desdicho del mitin que había anunciado en Ceuta, que había sido prohibido por la delegación del Gobierno con el argumento de evitar incidentes.

El partido ultra mantenía su intención de celebrarlo hasta bien entrada la tarde, pero una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que ratificaba la decisión de la delegación de Gobierno, le ha hecho cambiar de opinión y ha optado por acatar. Abascal ha cambiado el mitin por una sencilla rueda de prensa.

La decisión final contrasta con que Vox sacaba pecho hasta media tarde, insistiendo en que daría el mitin que había anunciado. La situación se ha complicado en Ceuta después de que 5 personas han increpado a Abascal en el hotel donde se aloja en el enclave español, y la policía los ha identificado. Este ha sido un momento de la protesta, que ha convocado a algunas decenas de personas:

"El Gobierno está dispuesto a coaccionar de cualquier manera para evitar que los ceutíes se expresen. Intenta prohibir la manifestación de esta tarde a la vez que pretende que le proporcionemos el listado de asistentes. No creo que haya ningún precedente democrático de esta aberración", expresaba todavía por la tarde Abascal en su cuenta de Twitter.

Todo ha transcurrido en medio de un importante despliegue de la policía española, en este caso no en la frontera sino en el hotel de Abascal.

Mientras tanto, Ceuta recupera poco a poco la normalidad después de la entrada de más de 8.000 personas al principio de la semana pasada, mientras intenta solucionar la situación de los 800 menores alojados en varios emplazamientos.

La ciudad ha vivido esta mañana una jornada normal con la apertura de todos los comercios de centro y la vuelta a clase de muchos menores que los padres habían decidido no llevarlos la semana pasada. Los diferentes establecimientos comerciales de centro, así como de las zonas del extrarradio, han abierto con absoluta normalidad después de que algunos hubieran sido cerrados en pasadas jornadas.

Estos comercios, sobre todo pequeños, habían optado por no abrir las puertas ante el clima de inseguridad que se había generado por la entrada masiva de personas por la frontera, sobre todo porque no cumplían con las normas sanitarias, en particular con respecto a las mascarillas.