Jordi Turull ha utilizado su turno de palabra durante la comparecencia ante la sala de apelaciones que tiene que revisar su prisión para reiterar lo que ya dijo a Pablo Llarena. Que se considera un preso político después de su encarcelamiento entre la primera y la segunda vuelta de la investidura.

De hecho, Turull ha hecho evidente, y así lo ha trasladado a la sala de apelaciones, que a partir del día que fue encarcelado se considera preso político.

Turull ha sido breve porque así se lo ha dicho el presidente de la Sala y ha reiterado la voluntad de diálogo que ya expuso en el Parlament de Catalunya. Ha reiterado su extrañeza del encarcelamiento de una persona en medio de su investidura.

El diputado de Junts per Catalunya ha dicho que quiere confiar en la imparcialidad de la justicia porque hay determinados elementos que hacen ver que hay un componente político y ha pedido que reconsidere la oportunidad y que todavía está a tiempo de ser investido como president de la Generalitat.

El abogado de Turull, Jordi Pina, ha dicho que "para que el diálogo sea efectivo no se puede pasar de tener 3 encarcelados a 9 en 72 horas". Según Pina, "esta no es la vía para volver a la normalidad".

El letrado ha reiterado en la salida del Supremo que espera "poder tener un juicio justo con todas las garantías".

Jordi Turull y Carme Forcadell, en el último turno de palabra, han hecho consideraciones políticas sobre la vulneración de derecho político y fundamentales y la utilización del procedimiento para evitar el ejercicio de su voluntad política. También han denunciado la vulneración del derecho a defensa.

Forcadell además ha remarcado que dejó su acta de diputada y, por lo tanto, el riesgo de reiteración delictiva ha disminuido.