Hace un par de meses el expresidente Zapatero le dijo al president Puig en un acto público a propósito del tema de la infrafinanciación del País Valencià: “Ximo, déjate de pancartas y manifestaciones en la calle, sé más creativo y gánale a Montoro la partida de la política fiscal”. El president de la Generalitat Valenciana encajó el consejo esbozando una sonrisa.

Dos meses después, donde dije Montoro digo Montero, pues este es el apellido de la nueva ministra de Hacienda, nombrada por Pedro Sánchez. Éste, ayer en el Congreso de los Diputados, dejó atónitos a los diputados socialistas y de Compromís al responder a una pregunta de Joan Baldoví que “la reforma a fondo del sistema de financiación autonómica se pospone hasta 2020”. El presidente del gobierno español matizó su respuesta diciendo que en “el corto plazo seguirá negociando y dialogando para mejorar la financiación de todas y cada una de las autonomías, en particular, la Comunitat Valenciana…”.

Puig reitera su discurso

La respuesta de Puig a este jarro de agua fría ha sido la misma que se le ha escuchado desde 2015, cuando Montoro se quitaba el tema de encima con la excusa de “no hemos tenido tiempo”.  Sus palabras han sido: “La defensa de los intereses valencianos va a continuar siendo su prioridad, a pesar de las dudas en el resto de fuerzas del arco político. La posición del Consell sobre la urgencia de una nueva financiación autonómica es la misma, no se ha movido ni un gramo. El modelo actual es injusto y mi ejecutivo nunca va a renunciar a lo que es justo”.

Montoro antes, Montero a partir de ahora, lo cierto es que Puig, que es presidente con los votos del PSPV, Compromís y Podem va a tener que poner en práctica el consejo que le dio Zapatero si no quiere que sus socios de gobierno le saquen la tarjeta roja de la credibilidad hacia el PSOE que, según Ferran Martínez, diputado Podem: “Dice una cosa a la oposición y reniega de llevarla a cabo cuando está en el Gobierno”. Compromís no ha cargado demasiado las tintas. Su portavoz Fran Ferri ha reiterado que “no podemos esperar más”.

 Pero las palabras de Pedro Sánchez han dado aire a la oposición de Puig en Les Corts Valencianes. El Partido Popular habla de ”insulto a los valencianos” por parte de Sánchez mientras que para Ciudadanos, el PSOE “vuelve a demostrar un doble rasero”.

Una comunidad no histórica

Pero si el tema económico es importante, no menos lo es el del reconocimiento histórico de los territorios. En la única entrevista que Sánchez ha concedido desde que es presidente del gobierno español dijo que recibirá por orden a los presidentes de las comunidades históricas y por orden de antigüedad de los estatutos de autonomía.

El País Valencià no estará en las primeras convocatorias. Puig dice no haberse molestado por esta decisión de Sánchez, pero le ha recordado que “las llamadas nacionalidades históricas son aquellas que accedieron a la autonomía durante la República y la Comunitat Valenciana no lo hizo porque el señor caudillo, Franco, dio un golpe de Estado". "No vamos ahora a validar el golpe de Estado para determinar cuáles son históricas y cuáles no".

"Nosotros somos una nacionalidad histórica y si alguien tiene alguna duda que venga al Palau de la Generalitat y verá que esto de historia está cargado", ha recalcado. Con todo, ha aclarado que no quiere caer en la discriminación de ninguna comunidad por razones de su supuesta historia". "No estamos en ese mundo. Yo no soy identitarista", ha recalcado.

Estatuto de autonomia de mínimos

Para completar el relato y añadirle otros puntos de vista, vale la pena recordar las declaraciones que hizo a El Nacional Eliseu Climent, editor y promotor cultural, al ser preguntado por cómo influyó la transición política española en la identidad valenciana. Climent respondió: “En aquel momento teníamos políticos que se podían sentar al rededor de la misma mesa. Los liberales Joaquim Muñoz Peirats y Francesc de Paula Burguera, el socialista Josep Lluís Albinyana, el comunista Ernest García... Todos compartían un mínimo de conciencia nacional. Pero la transición tenía que dar una mínima solución al problema catalán y vasco. La historia eterna. Y se dieron cuenta de que el caso catalán estaba llegando hasta Alacant y les Illes. Eso se tenia que cortar como fuera. Por eso provocaron la Batalla de València. Nosotros no teníamos herramientas de ningún tipo: ni prensa, ni dinero, ni nada. Se cargaron a todos los líderes políticos que he citado antes, y hicieron un Estatut de mínimos rebajado por Alfonso Guerra (PSOE) y Fernando Abril Martorell (UCD)".

Banderas arriadas. Financiación autonómica y reconocimiento histórico vuelven a la casilla de partida.