A poco menos de un mes del 9 de Octubre, Diada del País valencià, y con el programa festivo institucional todavía por definir y las manifestaciones cívicas por convocar, lo que sí se ha evidenciado ya es la preocupación creciente por lo que harán los grupos de la ultraderecha valenciana, acostumbrados a reventar, sin impunidad, cualquier acto que ellos interpreten como "antiespañol". El delegado del gobierno español, Juan Carlos Fulgencio, ha reconocido que "le preocupa mucho" lo que pueda pasar durante los actos de celebración y que ya está preparando "intensamente" la jornada del 9 de Octubre para conseguir que se celebre "en paz, con armonía y alegría".

Por varios foros de internet y en redes sociales varios grupos de ultraderecha ya están haciendo un llamamiento a boicotear la tradicional manifestación organizada por el colectivo 9 de Octubre en la que participan asociaciones culturales y partidos políticos.

Quien también ha querido adelantarse a lo que pueda pasar es el senador territorial de Compromís, Carles Mulet, que ha reclamado al Gobierno que active "las medidas que sean necesarias para garantizar un 9 de Octubre festivo y en paz", después de los lamentables hechos de los últimos años perpetrados por grupos organizados violentos de extrema derecha".

La coalición ha recordado que "son ya demasiadas las denuncias y agresiones de todo tipo que se producen en esta tierra sin que el Gobierno o sus representantes activen algún tipo de protocolo y tomen medidas", por lo que les ha urgido a visualizar en la calle "que las cosas han cambiado".

El año pasado grupos neonazis y también de la peña ultra Yomus del València CF protagonizaron decenas de agresiones, e intimidaron a colectivos, representantes públicos, partidos políticos y también a los periodistas que se encontraban cubriendo la manifestación.