Desde que Catalunya inició su proceso de desconexión, el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha repetido en diferentes foros institucionales y económicos que el modelo territorial de España está agotado y que se tiene que construir un modelo federal "que de una vez por todas respete las singularidades entre territorios además garantizar la igualdad entre ciudadanos".

Escuchados sus discursos y vistas las acciones políticas de su partido, el PSOE, todo hace pensar que el "modelo Puig" nace y muere en el objetivo de conseguir una mejor financiación económica para el País Valencià que corrija la desigualdad con otros territorios del estado español. Las ocasiones para demostrar que el PSPV cree en aquello que proclama "la construcción de un estado federal" son directamente proporcionales a las que las desperdicia reduciendo a mera demagogia política sus proclamas.

Hace solo 48 horas que el Congreso del Diputados ha aprobado la ponencia de reforma del Estatuto de Autonomía del País Valencià, que ha estado arrinconada en un cajón durante siete años por la desidia del PP que ahora ha votado a favor junto al PSOE, Podemos, Compromís (Grupo Mixto) y la abstención de Ciudadanos.

El gran hito de esta reforma será incluir la aspiración que las inversiones, no la financiación, del Estado en el País Valencià será equivalente a su peso poblacional pero que eso no condicionará al gobierno español a la hora de la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado.

PP y PSOE votan la continuidad de las diputaciones

Pero hay más ejemplos que muestran que la capacidad de los valencianos para poder decidir su propio modelo territorial, gobernarse y otros derechos, no importan demasiado. PSOE y PP han sumado votos para que la Comisión de Política Territorial y Función Pública del Congreso español rechazara, 24 horas después de la aprobación de la ponencia de reforma del Estatuto, la proposición no de ley de Compromís para eliminar las diputaciones provinciales. La propuesta de la coalición valenciana ha contado con el apoyo de Podemos, Ciudadanos y ERC, y pretendía reformar la ley de Bases de Régimen Local para que cada territorio pueda decidir su organización territorial.

La propuesta ha sido defendida por el portavoz, Joan Baldoví, quien considera que "las diputaciones son parte de un modelo obsoleto creado en el siglo XIX, construidas y escogidas con criterios poco claros y propician la corrupción, un modelo que no tiene en cuenta las relaciones entre los votos, potenciar las comarcas y ayudar a las mancomunidades y se han puesto del lado de un modelo oscuro que ha propiciado las redes clientelares y corruptas que todos conocemos".

Por otra parte, la vicepresidenta de la Diputación de València, Maria Josep Amigó, ha explicado que "la eliminación de las diputaciones supondría un modelo de gestión más próximo a los municipios y prioriza sus necesidades, repartiendo sus recursos y servicios entre los municipios, las mancomunidades y la Generalitat". Los socios que conforman el gobierno del Botánico (PSPV y Compromís) vuelven a no coincidir en aspectos importantes para el futuro del País Valencià.

Así pues, el modelo territorial del estado español seguirá siendo el que es, aunque Ximo Puig y el PSPV quieran hacernos creer lo contrario.