El director general de Consum, Juan Luis Durich, ha declarado que la retirada del valenciano en el etiquetado de algunos productos de la cooperativa es el resultado de una actuación que ya se llevaba a cabo "desde hacía seis meses", y que provenía de la necesidad de aumentar el tamaño de los letreros, "como algunas personas mayores reclamaban", y de una empresa presente en seis comunidades autónomas que quiere ser "global". Durich ha hecho estas declaraciones durante la presentación de los resultados económicos de la compañera del 2017.

El director general de Consum también ha informado que 200 socios se dieron de baja por el cambio en el etiquetado. Ha calificado a las críticas que sufrió la cooperativa de "radicalmente y absolutamente injustas" y ha asegurado que fueron "una salida del tono" y un ataque a "la única empresa que defiende el valenciano", a lo cual ha asegurado que "encima, se le echan al cuello". También ha subrayado que los productos de la marca propia de los que se eliminó el valenciano han sido un 5% del total, "150 de los 2.000".

Consum facturó durante el año pasado 2.518 millones, lo que supone un aumento del 7,45%. La cooperativa valenciana destaca que este crecimiento está "cuatro puntos porcentuales por encima de la media del sector de la distribución española". Con respecto a los beneficios, se elevaron hasta los 51,7 millones, un 10,47% más que el año anterior. Durante el 2017 Consum ha abierto 38 nuevos establecimientos, 12 propios y 26 franquicias, unas cifras un poco más bajas que las del 2018, en que la cooperativa prevé abrir 43 supermercados nuevos, 13 propios y 30 franquicias. De las 43,19 estarán en el País Valencià y 11 en Catalunya, los dos territorios con más presencia de la cooperativa.