Capítulo I

Esta semana hemos sabido que Josep Pujol Ferrusola declaró ante el juez, tal como publicaba Jesús García en El País, que se reunió dos veces con el comisario de la policía española, José Villarejo. La primera vez, febrero del 2014, el encuentro fue en el despacho de un abogado. Allí, el policía le habría dicho a Josep Pujol que era sencillo acabar con la investigación abierta en la Audiencia Nacional contra su hermano Jordi: "Si colaboráis contra la independencia, todo esto acabará pronto". Y que habría añadido: "Lo que tenemos que hacer es parar esta locura. Nos tenéis que dar mierda de Esquerra Republicana. Lo estáis poniendo en peligro todo". Cinco meses después se produciría la confesión de Jordi Pujol.

 

Sin embargo, esta es la palabra de un imputado que puede inventarse lo que haga falta para salvar el cuello. Problema: todo esto está anotado en unos papeles confiscados por la policía en casa de Josep Pujol, unos cuantos meses antes de esta declaración judicial y, por tanto, muuucho antes de saber que la policía entraría en su casa.

Por cierto, en esta misma información se explica que Villarejo impulsó la investigación contra los Pujol siguiendo directrices de Jorge Moragas, jefe de gabinete de Mariano Rajoy, y la persona que lo habría puesto en contacto con Victoria Álvarez, Vicky, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola.

Capítulo II

Jesús García también explica que todo el mundo señala Villarejo como el autor de los famosos informes sobre las cuentas de Artur Mas y Xavier Trias en el extranjero, que después se demostraron falsos y que nadie asumió. Estos y otros trabajos se habrían llevado a cabo en una oficina de la Dirección Adjunta Operativa del Ministerio del Interior creada para combatir el independentismo.

Capítulo III

Pocos días después de la confesión de Jordi Pujol, José Antonio Zarzalejos, uno de los periodistas con más información e influencia en Madrit (concepto) y poco sospechoso de connivencias indepes, publicaba en El Confidencial "¿Qué coño es la UDEF? El Estado, señor Pujol". La tesis del artículo es la misma que la de Josep Pujol: durante años el Estado sabía lo que estaba haciendo Jordi Pujol Ferrusola y no actuó porque entonces el patriarca de la familia era "de los suyos". Cuando Jordi Pujol y Soley abrazó la fe independentista, empezaron sus problemas.

Capítulo IV

Como explicaba en esta pieza Fernando Vicente en eldiario.es, Emilio Botín, el señor Banco Santander, pagó hace unos años una multa de 211 millones de euros (sí, sí, de euros... no de pesetas, no) para regularizar el pastón que tenía en Suiza. El dinero, según Botín, provenía de una herencia de su padre (me temo que el argumento le suena, ¿verdad?). ¿Usted cree que ha habido alguna diferencia (aunque sea pequeña) entre el tratamiento dispensado a Botín y a su familia y a Pujol y a su familia?

Aclaración

¿Eso quiere decir que estoy exculpando a Pujol y a su familia? No. Lo que estoy diciendo es que yo quiero saber la verdad de todo el mundo y no sólo la que sale de una manera poco espontánea y debido a que sus protagonistas han decidido hacerse independentistas. Lo que estoy diciendo es que el Estado tiene que combatir a todos los defraudadores y no sólo algunos. Lo que digo es que empieza a quedar claro que el Estado está protegiendo a "los suyos" y que eso es feo. Bien, y un delito. Lo que estoy diciendo es que el sistema protege a los suyos mientras se portan bien.

Una frase para recordar

26 septiembre 2014. Jordi Pujol comparece en la comisión de investigación sobre fraude y evasión fiscal y corrupción política. En un momento dado dice: “Oiga, y que sin darse cuenta, la gente... que si vas segando, digamos, la rama de un árbol al final cae toda la rama, todos los nidos que hay. ¡No! ¡es que después caerá aquel de allí! Aquel de allí que... No, no..., ¡es que después caerán todos!”. Traducción: si tú estiras fuerte por aquí y yo estiro fuerte por allá, a ver si nos acabaremos haciendo daño todos juntos.

Conclusión

Quizás algunos están tranquilos porque se fían del sentido de Estado que todavía conserva Jordi Pujol y Soley. Pero, ¿y si un día el expresidente se siente tan atrapado que decide tirar de la manta? ¿Y si algún día se aplica la expresión aquella de perdidos al río? Y, la pregunta clave: ¿y si lo que está haciendo el Estado es alargar y alargar el tema Pujol, filtrando de vez en cuando alguna cosita para mantener viva la brasa, pero a la espera de que baje el suflé indepe para, entonces, dejar la cuestión Pujol como un tema menor reducido exclusivamente a su hijo mayor?

 

Quizás alguien tendría que trasladar esta pregunta al señor Villarejo. O al señor Moragas. O a los dos. La gran desdicha es que ninguno de los dos hace declaraciones ni acepta entrevistas.