La irrupción del comunicado de la Asociación Española de la Banca (AEB) y la Confederación Española de las Cajas de Ahorro (CECA), posicionándose en contra de la independencia de Catalunya, ha causado un gran revuelo en los ambientes políticos entre los favorables y los contrarios a la secesión y una evidente irritación en las redes sociales, espacio de discusión donde la gente se explica con libertad. Se podría decir, en una primera lectura, que el gobierno español, muñidor entre bambalinas del posicionamiento de la AEB y de la CECA, y también de los pronunciamientos que desde diferentes patronales se están produciendo en las últimas semanas, ha logrado su objetivo. ¿Mensaje unitario de la gran banca?, cierto. ¿Posicionamiento individualizado de los bancos catalanes?, falso. Y, seguramente, ahí reside la clave que ninguna de las instituciones financieras catalanas explicará pero que a buen seguro debe incomodar al gobierno español: se han apuntado a un comunicado, no han hecho su propio comunicado. Es un matiz significativo porque es obvio que tras el 27S ninguna entidad financiera renunciará a su implantación en el mercado catalán sea cual sea el resultado. Y es normal porque donde hay dinero hay bancos para captarlo de sus clientes.

Pero en esta campaña electoral en la que algunos se quejan, con razón, de que no se habla suficiente de programas el acelerón informativo de la gran banca ha desplazado a lo que ayer era la gran noticia: las declaraciones del portavoz comunitario, Margaritis Schinas, vaticinando que una escisión de Catalunya de España le convertiría de facto en un país tercero y debería iniciar todos los trámites para solicitar su ingreso. Ayer, el vicepresidente de la CE, el letón Valdis Dombrovskis, tomó distancia con aquellas palabras y señaló que Bruselas no quiere influir en unas elecciones catalanas que son, dijo, decisión de sus votantes. Todo ese collage de empujones y presiones no sé muy bien cómo afectará el domingo 27 a los votantes. Incluso la malvada TV3,  en manos de la Junta Electoral Central tras una sonrojante resolución, puede tener este domingo una pobre audiencia si la ANC consigue que sus simpatizantes realicen un apagón y sintonicen otras cadenas de televisión como acto de desacato por la programación judicial que se ha dictado para la cadena  pública. Uf! Y eso que eran unas simples elecciones autonómicas.